ara que una lucha mundial capture el valor de la plusvalía siempre hay una opción. Uno puede darle prioridad a las ganancias de corto plazo. O uno puede darle prioridad a las ganancias de mediano plazo. Pero no se puede hacer ambas cosas.
Cualquiera que persiga las ganancias de corto plazo obtendrá ganancias en el corto plazo. Es el camino del aparente egoísmo. Perseguir nuestra propia ganancia sin importar lo que le ocurra a los otros.
No obstante, después de unos cuantos años, esa ganancia de corto plazo se agota. Las preferencias varían. De pronto, lo que importa son las ganancias de mediano plazo, como resultado de la lucha de clases. Ahora son los egoístas los que perdieron. Los sacrificados fueron recompensados.
Dado que existe una crisis estructural en la economía-mundo capitalista, hay constantes fluctuaciones. Vamos de aquí para allá entre el corto y el mediano plazos como lo único que importa.
Al momento, el actor principal, el presidente Trump, ha optado por darle prioridad al corto plazo. Para él eso está bien.
Pero él y otros pronto tendrán que virar al énfasis en el mediano plazo. Y la perspectiva no será tan buena para él. Dado que lo que le importa es la relección en 2020, la sincronización de los virajes es crucial, pero también es impredecible.
Aquellos interesados en ganar la lucha de clases deben concentrarse en tal lucha como la única opción sensata.
Traducción: Ramón Vera-Herrera
© Immanuel Wallerstein