Dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) señalaron que la inclusión del artículo decimosexto transitorio en el dictamen que reforma los artículos 3, 31 y 73 constitucionales –el cual establece que los derechos laborales de los trabajadores del sector se regirán por el artículo 123, apartado B, con excepción del ingreso, promoción y reconocimiento– no elimina el estado de excepción laboral para los docentes.

Destacaron que la reforma aprobada en la Cámara de Diputados no es una abrogación y enfatizaron que el magisterio disidente se mantendrá en resistencia no por un capricho, sino porque es posible construir una educación pública científica, laica, popular, progresista y descolonizadora, y constatamos que sigue vigente la concepción empresarial de la enseñanza, vinculada con procesos de privatización.

En cuanto a las críticas de que con el artículo decimosexto transitorio se abriría la puerta trasera a la venta y herencia de plazas, señalaron que en las negociaciones con el gobierno federal reiteramos muchas veces que si era necesario que se modificara el artículo 62 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado para eliminar la facultad de los sindicatos de proponer 50 por ciento de las plazas.

Integrantes de la Comisión Nacional Única de Negociación detallaron que el artículo 62 establece que sólo se cubrirán las vacantes, con propuestas del sindicato, una vez que se hayan corrido los escalafones respectivos, y en los hechos siempre hay más maestros que plazas vacantes, por lo que nunca quedan espacios disponibles para que el sindicato proponga los nombramientos, lo que tampoco corresponde a la CNTE.

Consideraron que con la inminente aprobación de la minuta en el Senado tendremos una reforma educativa que perpetúa el estado de excepción laboral para el magisterio, pues en la práctica llevará a protocolos que el gobierno en turno podrá aplicar como desee, además de que se desecha la antigüedad en el empleo, que es un principio básico del derecho laboral.

Los líderes magisteriales señalaron que la corrupción en el sistema educativo “no depende de un sindicato, sino de la relación institucional que tenga el Estado con sus trabajadores. Si en verdad se quiere acabar con la venta y herencia de plazas se debe eliminar el charrismo sindical, cuya esencia ha sido precisamente la corrupción. Si no se ataca de frente, podrá aprobar muchas leyes, pero en los hechos seguirán las mismas prácticas”.