El próximo julio la autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cumplirá 90 años. Gracias a ella, en la universidad se ha definido la evolución de la ciencia y el cultivo de la academia, según planteó esta semana el rector Enrique Graue Wiechers.

Existir como entidad autónoma de derecho público no es un regalo o concesión del Estado sino una conquista del pensamiento que sólo puede desarrollarse en un ámbito de libertad, de acuerdo con un texto de Miguel León-Portilla, investigador emérito de la universidad.

“Grande esfuerzo y tenacidad desplegó el grupo de ilustres universitarios que en 1929 obtuvo el reconocimiento jurídico de la autonomía para nuestra alma mater, la UNAM. A no pocos parecía que concederla implicaba ubicar a la Universidad en un régimen de excepción, por así decirlo”, explica el filósofo e historiador.

La autonomía de la universidad nacional, para León-Portilla, permite a la institución llevar a cabo tareas de docencia e investigación concebidas y realizadas libremente por sus miembros, así como tener normas y órganos de gobierno propios. Esto, dice, no es algo inventado, sino reconocido por el Estado.

La autonomía universitaria se reconoció por vez primera en la ley orgánica expedida el 22 de julio de 1929. En conmemoración de este hecho, la UNAM –cuya ley orgánica vigente data del 6 de enero de 1945– arrancó una campaña de comunicación para celebrar 90 años de ser autónoma, que incluye la difusión de mensajes en las redes sociales con la etiqueta #AutonomíaUNAM90.

En los próximos días y hasta agosto próximo, la UNAM hará pública una serie de materiales y mensajes con los que busca sensibilizar a los universitarios –y a los no universitarios– sobre la relevancia de la autonomía en el quehacer institucional, durante las pasadas nueve décadas, en la formación de profesionales y en la generación y difusión del conocimiento.

Esa autonomía, que fue conquistada tras diversas batallas de los universitarios –y no por una concesión del gobierno–, ha sido un factor invaluable para el desarrollo académico, político, social y cultural de la universidad y del país entero, de acuerdo con el primer mensaje institucional de la campaña.