Opinión
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La muestra

La Boda

L

a decisión de Zahira. Basada en hechos reales, La boda ( Noces, 2018), tercer largometraje del realizador belga Stephan Streker ( El mundo nos pertenece, 2012), plantea el duro dilema moral a que se enfrenta Zahira (Lina El Arabi), una joven belga de origen pakistaní, cuando después de vacilar largamente en interrumpir un embarazo no deseado debe además aceptar un matrimonio forzado con un joven musulmán con el fin de ceñirse a las más rígidas tradiciones ancestrales del país de sus padres.

En su continuo esfuerzo por preservar el cariño de la familia con la que se siente indisolublemente ligada, Zahira está condenada a vivir en la simulación y la mentira. Oculta su embarazo y la relación afectiva que mantiene con un joven occidental, pero también, y de modo muy frustrante, su profundo malestar por tener que casarse con un hombre pakistaní al que sólo conoce por vía de skype en Internet y que no le atrae en absoluto. Los únicos parientes en quienes ha podido depositar toda su confianza (un hermano que la adora, pero que es incapaz de cuestionar los dictados patriarcales, y una hermana mayor que, con superioridad moral, le aconseja los beneficios de la resignación y la hipocresía), son incapaces de entender su deseo de libertad y su derecho a tomar una decisión propia. Abandonada a su suerte, la joven deber elegir entre el amor a los suyos o el respeto a sí misma.

Para abordar un asunto tan delicado como el peso de la deshonra familiar en una familia tradicional musulmana, el realizador y guionista belga tuvo que adoptar un punto de vista tan imparcial como le fuera posible, y también mantener el equilibrio entre los afectos familiares amenazados por las decisiones de Zahira.

De modo novedoso, jamás elige el guion la caricatura ni la condena abierta al explorar la personalidad del padre, ese patriarca testarudo cuyo apego a la tradición no admite fisura alguna. Tanto él como la madre y los hermanos viven con un dolor genuino la rebeldía de la joven capaz de asumir una conducta que habrá de cubrir de una vergüenza perdurable a toda la familia. El asunto se plantea con delicadeza y con una fina observación sicológica.

Lo importante, en definitiva, es la pertinencia de las interrogantes que sugiere esta película en una Europa que se resiste a aceptar la inmigración sin exigir a cambio, por parte de los demandantes de protección o asilo, el cuestionamiento formal o el abandono de sus tradiciones más arraigadas basadas en la injusticia y la discriminación hacia las mujeres.

La película plantea un debate moral insoslayable, dejándole a los espectadores, de modo inteligente y sensible, la responsabilidad de tomar o no partido en la materia. La boda, una estupenda realización, es también una de las provocaciones más interesantes de esta Muestra.

Se exhibe en la sala 3 de la Cineteca Nacional. 15:45 y 20:45 horas.

Twitter: @CarlosBonfil1