Lunes 15 de abril de 2019, p. 5
La Arquidiócesis de México, que encabeza el cardenal Carlos Aguiar Retes, destacó que si bien la inseguridad y la corrupción se han convertido en las dos batallas principales del gobierno federal y la sociedad, pareciera que las acciones tomadas hasta hoy no son suficientes
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Pidió no escudarse “en echar culpas a las administraciones pasadas, porque eso sería ‘escurrir el bulto’ del problema”.
En su editorial de la revista Desde la fe, expuso que las historias de violencia e inseguridad son reflejo de problemáticas que no se han terminado de resolver: falta de educación, carencia de buenos empleos y oportunidades, pobreza, corrupción e impunidad, entre otros
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Señaló que no son tiempos sencillos en México, y menos en una sociedad que vive una transición impulsada por las nuevas tecnologías, capaces de acelerar cualquier proceso, y que lo mismo pueden ser utilizadas para propósitos puros y nobles que para causar efectos negativos y perversos
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La Iglesia católica en la capital del país invitó a los gobernantes, políticos y autoridades a reflexionar sobre la situación que se vive y las acciones que se están realizando para enfrentar este flagelo.
Añadió que detrás de cada acto de violencia existe una historia que lo originó, y que tanto gobierno como sociedad no estamos atendiendo de manera correcta. La confianza ciudadana se fortalece con acciones que lleven a superar situaciones críticas de forma progresiva y sin evadir responsabilidades, promoviendo formas de actuación conjunta entre sociedad y gobierno
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El futuro del país, continuó, está en nuestras manos, y nos exige acciones firmes desde nuestras respectivas trincheras, empezar por nosotros mismos, cuidar a nuestras familias, estar atentos al entorno, ser participativos en la toma de decisiones fundamentales y estar bien informados
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El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Rogelio Cabrera López, se sumó al llamado urgente
del obispo de Apatzingán, Michoacán, Cristóbal Ascencio García, para que se atienda la violencia que se vive en Tierra Caliente.
“Quiero unirme al SOS que gritó el obispo de Apatzingán sobre la situación de violencia” que se vive en esa zona, dijo a medios de comunicación.