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Fundador de wikileaks está en mal estado de salud

Esperan épica batalla contra extradición
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de abril de 2019, p. 21

Londres. Julian Assange, fundador del portal de filtraciones Wikileaks, permanecía este viernes confinado en una celda de la prisión Belmarsh, al sureste de esta capital, donde enfrentará una lucha judicial contra su extradición a Estados Unidos, tras ser expulsado de la embajada de Ecuador y detenido por la autoridades británicas el pasado jueves.

Kristinn Hrafnsson, redactor en jefe del sitio web, notificó a la agencia de noticias Ap que las condiciones en el amplio penal ofrecen algunas ventajas sobre el pequeño cuarto de la embajada de Ecuador en Londres, donde Assange vivió asilado y sin salir por temor a ser arrestado desde el 19 de junio de 2012.

Añadió que el comunicador australiano finalmente podrá recibir atención médica y reunirse con sus abogados más fácilmente que cuando estaba en la embajada, donde debido a un pleito con las autoridades ecuatorianas se le prohibieron casi todas las visitas.

El activista, de 47 años, tiene dolores en los hombros y dientes, detalló Hrafnsson. Agregó que en la prisión hay instalaciones médicas, acceso a cuidados dentales y un jardín al cual salir.

Belmarsh es una cárcel de alta seguridad con capacidad hasta de 910 presos. La prensa británica reportó previamente que el activista estaba en el centro penitenciario de Wandsworth, al suroeste de la capital.

Agentes consulares australianos deben visitarlo lo antes posible, anunció el jueves la ministra australiana de Relaciones Exteriores, Marise Payne, al tiempo que se declaró convencida de que sería tratado de manera justa. El primer ministro de Australia, Scott Morrison, comentó que Assange no recibirá un trato especial de su gobierno.

En julio de 2010 Wikileaks publicó 70 mil documentos militares confidenciales sobre las operaciones de la coalición internacional en Afganistán. A finales de octubre filtró 400 mil más relacionados con la guerra de Irak y un mes más tarde el contenido de unos 250 mil cables diplomáticos secretos del Departamento de Estado.

El 18 de noviembre de ese año, Suecia emitió una orden de detención contra Assange, acusado de presuntas agresiones sexuales a dos mujeres. Ante el temor de que si lo llevaban a Suecia sería extraditado a Estados Unidos, decidió refugiarse en la embajada ecuatoriana en Londres en junio de 2012.

Cerca de las 10 de la mañana del pasado jueves siete agentes de Scotland Yard, invitados por el embajador de Ecuador en esta capital, Jaime Alberto Marchán, sacaron a Assange de la representación diplomática, esposado, cargado por la fuerza y aferrándose al libro Gore Vidal, historia del Estado de seguridad nacional.

El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, revocó el asilo diplomático otorgado en 2012 y la nacionalidad ecuatoriana concedida en 2017 a Assange, porque violó reiteradamente las normas que regían su protección dentro de la representación diplomática.

Delgado y desaliñado, con larga barba blanca y el cabello recogido en una cola, el australiano fue introducido por la fuerza en un furgón policial para ser trasladado al Tribunal de Magistrados de Westminster. Ahí, el juez de distrito Michael Snow lo declaró culpable de violar los términos de su libertad condicional en Londres, aunque el activista rechazó los cargos.

Estados Unidos anunció que acusará a Assange de asociación delictuosa para acceder a una computadora del Pentágono, lo que allanó el camino para lo que será una épica batalla legal y política sobre su extradición a territorio estadunidense para ser enjuiciado.

Figuras del opositor Partido Laborista, entre ellas su líder, Jemery Corbyn, y la ministra del Interior en la sombra, Diane Abbott, se pronunciaron contra la extradición a Estados Unidos. El relator especial de la Organización de las Naciones Unidas, Nils Melzer, sobre la tortura dijo que teme que el fundador de Wikileaks no tenga un juicio justo en Estados Unidos.

Al comentar la posibilidad de conceder asilo a Assange, la secretaria de Estado de Asuntos Europeos de Francia, Amélie de Montchalin, aseguró que su gobierno no concede asilo político a quienes no lo piden.

En Quito, la ministra de Interior de Ecuador, María Paula Romo, confirmó la detención del sueco Ola Bini, un técnico en ciberseguridad que visitaba con frecuencia Assange en la embajada en Londres. Romo reportó desde el pasado jueves que la presencia de tres extranjeros en el país, un sueco cercano a Wikileaks y dos hackers rusos, que habrían estado filtrando información privada en el país andino.

Explicó que el gobierno tiene información sobre que el detenido habría coincidido en varios viajes con el ex canciller Ricardo Patiño, quien le otorgó el asilo a Assange en el 2012 durante la administración del ex presidente Rafael Correa.