La constitución de autodefensas para enfrentar delitos como la extorsión o el robo no es el camino a seguir ante la omisión de las autoridades, afirmó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Nashieli Ramírez Hernández.

Luego de emitir la recomendación 1/2019 a la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México por discriminación por razón de orientación sexual en la procuración de justicia, en favor de Óscar Manuel Ramírez Siordia, señaló que son llamados de atención que deben resolverse.

Una cosa es la organización para la prevención social de la violencia y denuncia, y otra los autodenominados grupos armados, y permitirlo, dijo, es permitir casi que tengamos una apertura a renunciar al Estado, que es el que debe garantizar la seguridad.

Consideró que es importante la incorporación de la sociedad en cuestiones de prevención, trabajo de resolución y en la mediación de grupos para atender problemas que enfrentan en su cotidianidad, pero llegar a esos límites refleja que la gente está sintiendo que hay omisión de las autoridades.

Tanto el gobierno central como el de Xochimilco, donde se anunció la constitución de estos grupos de autodefensa, en el mercado de flores, plantas y artesanías de Cuemanco, deben contestarles diciendo que no existe tal omisión, que van a actuar y no promoviendo que haya otras esferas a utilizar.

La gente debe sentir que se trabaja en materia de seguridad, pues “no podemos permitir que se constituyan esos grupos. De actuar ante estos primeros brotes se evitará que se generalicen en otros puntos de la ciudad, sobre todo en los pueblos originarios y comunidades rurales.

Hoy, puntualizó, las autoridades tienen la obligación de actuar, de impulsar acciones que deriven hacia una mejor seguridad y mantener una comunicación estrecha con quienes promueven la constitución de estos grupos. Sólo así se parará.

El pasado lunes, comerciantes del mercado de Cuemanco anunciaron la creación de autodefensas, armados con cuchillos, palos y piedras para enfrentar a la delincuencia organizada que los extorsiona, y la común, que roba sus locales.