Saúl Canelo Álvarez prefiere no pensar en la posibilidad de una derrota. No se sabe si por superstición o por un asunto de fijación mental en la victoria. Pero al final concede la máxima del boxeo: en una pelea cualquier resultado puede suceder. No es una cortesía. Sabe –y lo admite- que su próximo rival para el 4 de mayo en Las Vegas, Daniel Jacobs, campeón mundial en peso medio de la FIB, es un peleador que resume varias cualidades de combate.

Hoy más que nunca todos quieren venir a ganarme, dice Canelo durante la teleconferencia internacional desde San Diego; en el boxeo todo puede suceder, pero yo prefiero no pensar en perder. Trabajo para ganar y hacer historia; los que estamos en esto, sin embargo, sabemos que siempre existe ese riesgo.

Canelo insiste que su meta en el boxeo es hacer historia, que al paso de los años su nombre esté junto al de las leyendas de este deporte. Y para conseguirlo este año decidió que quiere todos los cinturones de la división media. El pelirrojo ya tiene el del CMB y de la AMB, buscará en menos de un mes el de la FIB.

Quiero ser campeón unificado, tener los títulos de los cuatro organismos, confirma Álvarez. ¿Una tercera pelea contra Gennady Golovkin? No parece entusiasmarle por el momento. Si en el camino de su meta de 2019 el kazajo tiene uno de los cintos faltantes, adelante, Canelo volvería enfrentarlo; de lo contrario tendrá que meditarlo.

De momento sólo piensa de Ja-cobs. Lo ha estudiado, lo ha visto en aquella pelea que el estadunidense sostuvo contra Golovkin. Esa que para Canelo debió llevarse Jacobs.

▲ El boxeador mexicano asegura que, por el momento, otra pelea con Golovkin no está en sus planes .Foto Jam Media

Es un peleador muy difícil, reconoce Saúl; sabe pelear con las dos guardias, diestra y zurda, moverse bien por el cuadrilátero, pega muy fuerte, es muy alto, pero yo tengo la experiencia para poder adaptarme a cualquier estilo que me ofrezca. Yo he peleado con todos los estilos y de todos he aprendido algo; hoy soy un boxeador maduro.

Canelo ahora parece más mesurado, sin incomodarse por las críticas. Incluso cuando le comentan que algunos piensan que si Jacobs no noquea, los jueces favorecerán al mexicano.

Es normal que la gente critique, dice sin molestia; yo ni pienso en eso, pero es parte de lo que rodea a un combate y está bien.

Jacobs es un peleador respetado. No sólo por el boxeo que exhibe cada que sube al cuadrilátero, sino también porque se repuso de un cáncer que lo inmovilizó y regresó para volver a ser campeón del mundo. En cada aparición, ni Jacobs ni Canelo se lanzan dardos rebosantes de veneno, como si ocurrió en el duelo del pelirrojo contra Golovkin.

A mí no me gusta eso de estar hablando y faltando al respeto, dice Canelo; aquella vez con Golovkin fue porque ellos se dedicaron a ofender. Esta vez la gente sabe que Jacobs y yo somos dos boxeadores que subiremos a dar una buena pelea y que no hace falta hablar de más.