Sí existe un cierre parcial de la frontera de Estados Unidos con México, admitió la titular de la Secretaría de Economía (SE), Graciela Márquez, pero no se debe a restricciones al comercio impuestas por el gobierno del presidente Donald Trump, sino por decisiones administrativas que se traducen en restricciones comerciales.

En conferencia de prensa conjunta con Roberto Acevêdo, director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Márquez aseveró que no es un cierre total, es parcial y simplemente tiene que ver con la decisión del gobierno estadunidense de relocalizar a sus funcionarios para la vigilancia de la frontera. Explicó que comenzó la semana pasada con el cierre del paso fronterizo Nogales-Mariposa y se repitió en otros cruces.

Las declaraciones de la secretaria contrastan con las de dirigentes del sector exportador que hasta el miércoles rechazaron que hubiera un cierre parcial de la frontera.

Márquez advirtió que para que México pueda interponer una queja ante la OMC tendríamos que esperar al cierre definitivo de la frontera como una medida de obstaculización al comercio.

Acerca de la nueva amenaza de Trump de cobrar aranceles a los automóviles que Estados Unidos importa de México si no controla la migración y el tráfico de drogas, dijo que los temas comercial y migratorio deben tratarse por separado.

Aseveró que en un par de días se tendrán los cálculos sobre las pérdidas económicas del cierre parcial y sostuvo que se analizan transportes alternativos para las exportaciones, como el marítimo. Expuso que los vegetales frescos son los más afectados por el retraso para cruzar la frontera, ya que 70 por ciento transita por el cruce Nogales-Mariposa que se decretó cerrarlo los domingos.

Exportadores e importadores mexicanos van a perder, pero también los consumidores estadunidenses, que muy pronto no hallarán vegetales frescos en los anaqueles de los supermercados o podrían sufrir aumento de precios, advirtió.

Hoy ya estamos enfrentando consecuencias de cierres administrativos en fronteras terrestres y tendríamos que esperar que se conviertan en otra cosa para evaluar las medidas a adoptar, señaló.

Con lo que tenemos hasta hoy, sostuvo, el gobierno de México no puede actuar por declaraciones, sino por hechos. Ahora tenemos ajustes administrativos que no dan argumentos para levantar una queja. Cuando se aplique una medida de otra naturaleza, seguramente actuaremos, pero no quisiera especular sobre declaraciones que muchas veces no se hacen realidad.

A su vez Roberto Acevêdo sostuvo que si bien los países tienen espacio para desarrollar políticas comerciales de la manera que quieran, también tienen obligaciones y acuerdos que contrajeron con otras naciones y con la OMC.

La organización trabaja, señaló, para que haya mínima turbulencia y mínimas rupturas en las relaciones comerciales. Rechazó que la OMC esté en camino de convertirse en zombi. Durante su ponencia magistral, Acevêdo agradeció el apoyo de México al organismo multilateral y puntualizó que “el mundo necesita al sistema de comercio para tener éxito; no nos queda otra que evolucionar.