Es importante recordar el exilio español en México, sobre todo ahora que las migraciones enfrentan el racismo y la discriminación, sostuvo Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

En la presentación del libro De no ser por México, del historiador José María Murià, en el Centro Cultural Isidro Fabela Casa del Risco, Cárdenas refirió que ‘‘cuando estaba prácticamente vencido el gobierno republicano se dijo que todo el que pudiera llegar a México sería recibido por el país; esta fue una decisión de la que no se ha visto, creo yo, ningún otro ejemplo en la historia y valdría la pena resaltarlo”.

Historias emotivas

Cárdenas Solórzano definió el texto de Murià como un libro ‘‘fácil de leerse” porque en cada capítulo ‘‘da una versión completa de los acontecimientos y se hace una valoración desde muchos puntos de vista. Evidentemente está ahí el punto muy personal que, por cierto, yo diría que es muy objetivo al mismo tiempo”.

En su intervención, el autor explicó que el punto de partida del libro es el telegrama 1699 fechado el primero de julio de 1940 en el cual se informaba que el gobierno mexicano daría acogida a los refugiados españoles que residían en Francia.

Añadió que el libro emerge ‘‘de la experiencia familiar y de la inmensa fortuna que tuve de trabajar durante ocho años en la cancillería mexicana a cargo del archivo histórico, donde me la pasaba revisando papeles de todo tipo”.

El también catedrático y articulista de La Jornada apuntó que el libro incluye historias emotivas y que a final de cuentas se trata de una epopeya ‘‘porque se salvó de morir o al menos de pasarla muy mal en cárceles españolas o campos de trabajo de los alemanes. La pérdida de esa gente hubiera sido un daño enorme para la cultura universal”.

Cuauhtémoc Cárdenas y José María Murià aludieron a personajes determinantes del exilio español, como Gilberto Bosques, Luis Rodríguez, Fernando Gamboa y Antonio Haro Oliva.

En la presentación de ese libro, publicado por Miguel Ángel Porrúa, la cronista Ángeles González Gamio opinó que ‘‘se lee como una novela y todo está fundamentado con testimonios; además el autor estuvo en todos los lugares y los cuenta y describe como están ahora. Es absolutamente extraordinaria”. En ese acto también participaron el editor Miguel Ángel Porrúa y el historiador Javier Garciadiego; entre el público estaban el político y diplomático Enrique González Pedrero, los escritores Silvia Molina, Felipe Garrido y Natalio Hernández, y las hijas de Gilberto Bosques.