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EU: opacidad, no esclarecimiento
E

l presidente estadunidense, Donald Trump, proclamó ayer su exoneración total dos días después de que el fiscal especial Robert Mueller, que encabezó la investigación sobre la presunta ayuda que el entonces candidato republicano habría recibido de Rusia en su campaña electoral de 2016, entregó el informe final de su investigación al procurador general, William Barr, quien a su vez compartió las principales conclusiones de Mueller –pero no el informe completo– con los comités de la Cámara de Representantes y del Senado que dan seguimiento al caso.

Cabe recordar que tras las primeras revelaciones sobre los contactos sospechosos entre personeros del equipo de campaña de Trump y diversos empresarios y funcionarios rusos, James Comey, quien fungía como director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) emprendió una investigación criminal que se vio suspendida de tajo por el abrupto cese del funcionario, ordenado por la Casa Blanca.

Así, a los señalamientos iniciales por una posible conspiración entre el republicano con agentes extranjeros para alterar las percepciones sociales previas a la elección presidencial de noviembre de 2016, se agregó una investigación por supuesta obstrucción de la justicia.

Resultado de su investigación, Mueller presentó cargos contra seis integrantes y colaboradores de Trump, incluidos Michael Cohen –quien fuera abogado personal del actual presidente– y quien fue condenado a tres años de cárcel; además de Paul Manafort, su ex jefe de campaña, quien ha sido sentenciado ya a 47 meses de prisión por fraudes bancario y fiscal y podría recibir otro castigo por mantener en secreto sus tratos con el ex presidente ucranio Viktor Yanukovich.

Tanto Nancy Pelosi, lideresa de la bancada demócrata en la cámara baja, como Chuck Schumer, quien encabeza la fracción (minoritaria) de ese partido en el Senado, señalaron que las partes que pudieron conocer del resumen elaborado por Barr del informe de Mueller plantea tantas preguntas como respuestas y demandaron que les sea entregado el documento completo para que los comités legislativos de ambas cámaras puedan continuar con su trabajo.

En todo caso, se da por descartado que el informe pueda ser conocido por la opinión pública. El viernes pasado la vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, afirmó que ni siquiera la presidencia recibió una copia del documento. Todo lo que se sabe es que éste no plantea más acusaciones formales, lo que habría servido de base a Trump para exonerarse a sí mismo. Queda abierta la tenue posibilidad, en todo caso, de que el Capitolio formule sus propios cargos en contra de Trump en el contexto de un proceso de juicio político (impeachment).

En suma, en este episodio los mecanismos de la justicia estadunidense parecen haber sido avasallados por la institución presidencial y queda la sensación de que todo el proceso ha sido, hasta ahora, más un operativo de encubrimiento que un esclarecimiento.