Domingo 24 de marzo de 2019, p. 22
Madrid. Al menos 732 personas murieron y cientos de miles fueron afectadas por el paso del devastador ciclón Idai por Mozambique, Zimbabue y Malaui, donde miles de hectáreas de tierras de cultivo quedaron inundadas, se registraron cuantiosos daños a las infraestructuras y se cortaron las comunicaciones en amplias regiones de los tres países. Cientos de miles de personas resultaron afectadas.
La Organización de las Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja se encuentran en máxima alerta ante la posibilidad de que se produzcan brotes de cólera en las zonas afectadas y temen que el número de fallecidos aumente en las próximas horas conforme retrocedan las aguas.
En Mozambique se confirmaron, hasta este sábado, un total de 417 muertos, mil 400 heridos y 600 mil desplazados desde que el ciclón tocó tierra el pasado 14 de marzo cerca de la ciudad portuaria de Beira, lo que provocó el inmediato desbordamiento de los grandes ríos del país, el Buzi y el Pungue.
Unas 17 mil 400 viviendas quedaron destruidas o dañadas, el número de hectáreas agrícolas arrasadas es de aproximadamente 385 mil, y hay 1.8 millones de personas afectadas por el meteoro.
En Zimbabue, Idai dejó hasta el momento 259 muertos y 200 heridos. La mayor parte de las víctimas –dentro de un total de 250 mil afectados– han sido identificadas en las poblaciones de Chimanimani y Chipinge, que están prácticamente arrasadas.
Por último, Malaui, el primer país golpeado por el ciclón, contabilizó 56 muertos y 577 heridos. El número de desplazados es de aproximadamente 94 mil y hay unos 840 mil afectados.
El ciclón, a diferencia de Zimbabue y Mozambique, llegó a Malaui precedido de días de fuertes tormentas que debilitaron el país antes de la llegada del fenómeno, que terminó de destruir las poblaciones de Chiwawa y Nsanje. A su marcha, las tormentas han proseguido y están rematando a la población.
La situación empeorará antes de empezar a mejorar
, explicó la alta comisionada del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), Henrietta Fore. Las agencias de ayuda apenas están empezando a ver la dimensión de los daños. Pueblos enteros han quedado sumergidos, hay edificios derrumbados y escuelas y centros de salud están destruidos
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