Grandes expectativas para el beisbol mexicano vibran entre los equipos que integran la Liga Mexicana. Inicia una nueva temporada el 5 de abril con un partido clásico, de connotaciones históricas y con nostalgia de tiempos idos: Diablos Rojos del México recibirá en su nueva casa a los Tigres de Quintana Roo. Regresarán al formato de los campeonatos largos, con una pelota, que dicen, permite más jonrones, pero que resulta más viva para los lanzadores. Pero también, coinciden los mánager y directivos, el entorno es distinto: nunca se había hablado tanto de beisbol más allá de los círculos fieles y locales de aficionados al diamante.

Diablos inicia el torneo con el entusiasmo de un nuevo y moderno estadio; no piensan, sino en ganar el título 2019. Sus antiguos rivales de Ciudad de México, ahora asentados en QuintanaRoo, los Tigres no anticipan hasta dónde llegarán, pero tienen la certeza de que están armados para pelear por algo importante en esta temporada.

El mánager de los Tigres, Jesús Sommers, no puede dejar de evocar lo que significa este juego en este momento. Años en los que este encuentro era llamado la guerrilla y convocaba a más de 20 mil espectadores al Parque del Seguro Social, donde miles más se quedaban afuera sin poder entrar.

Era un verdadero suceso, dice Sommers; la gente quería ver lo que sucedía en esos partidos, se hablaba de ello en todos lados.

Un día todo eso se acabó. El beisbol quedó aislado a las aficiones locales y el futbol se convirtió en el deporte de saturación mediática más poderosa. La explicación para Sommers de aquella decadencia la encuentra en la huelga de peloteros de 1980, que derivó en varias modificaciones en la organización de este deporte.

Después de la huelga se acabó todo, cuenta Sommers; “espero que este momento con lo que pasa se reanime esa emoción que se vivía en el beisbol. Que regresen las guerras entre Diablos y Tigres y todos quieran verlas”.

Sommers se emociona al ver el futuro inmediato del beisbol en México. Tiene confianza de que si en el pasado lograron convocar multitudes a los estadios, este es el momento para hacer renacer una afición y el gusto por ver a los peloteros de las ligas locales.

Tigres dejó esta ciudad, dice Sommers, pero la gente sigue sintiendo este equipo porque los agarres históricos ocurrieron aquí.

Luis Carlos Rivera, mánager de Leones de Yucatán, campeón del torneo en 2018, coincide en que esta temporada que inicia será incomparable por el contexto en el que ocurre.

Tenemos una difusión que no teníamos, reconoce Rivera; debemos hacer que más gente se fije en nuestra Liga, hacerla más atractiva; llamar la atención de los aficionados a otros deportes.

Rivera dice que las condiciones que ha generado el interés del presidente Andrés Manuel López Obrador en el beisbol, para iniciar niños y niñas, desarrollar talento y apoyar a jóvenes jugadores para llegar a Grandes Ligas, ha sido un impulso que no deben desaprovechar.

Si mejoramos el nivel de nuestros jóvenes podremos exportar mucho más jugadores a Grandes Ligas, plantea Rivera; será un reto, pero debemos asumirlo, y no sólo para que lleguen jugadores a Ligas Mayores, sino también a Japón, Corea y Taiwán. Tenemos el talento para ser como Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana que son los mayores exportadores de peloteros.