Todo listo para la clausura: vecinos
Empresas comienzan a retirar su maquinaria pesada y el terreno es vigilado por la Policía Federal
Jueves 14 de marzo de 2019, p. 32
Antes de despedirse de sus colegas con los que trabajó más de dos años, Santiago dice: “Se acabó, todo está parado y la mayor parte de las máquinas dejó de jalar. Sólo algunos trabajadores están haciendo detalles para entregar o justificar que terminaron conforme al contrato.
Los terrenos donde todavía se realizan obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) lucen semidesiertos. Con el anuncio de la cancelación del multimillonario proyecto en Texcoco, la cantidad de trabajadores –la mayoría contratados de forma temporal por empresas bajo el esquema de outsourcing– disminuyó de manera notable y las compañías que participaban comenzaron a retirar su maquinaria.
El proyecto del nuevo aeropuerto aquí en Texcoco quedó enterrado. Ya no hay trabajo, sólo son movimientos administrativos. Se dejaron de escuchar los sonidos de las herramientas que manipulaban los jornaleros. Ya no hay risas, gritos o pláticas entre compañeros.
La Jornada realizó un recorrido por las inmediaciones de lo que sería una de las obras emblemáticas que atendería las necesidades actuales de la aviación. Ya no hay casi contratistas, sólo vigilantes y personal administrativo del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM).
Ni aves ni herramientas
En el pasado quedaron las enormes filas de camiones pesados tipo torton o góndolas que transportaban materiales pétreos que extraían de las minas ubicadas en la región oriente del estado de México para rellenar el terreno, principalmente donde iban a estar las pistas, proceso que afectó la migración de aves que habían vuelto a esa zona, además de ocasionaron graves daños ecológicos a municipios, entre otros los más cercanos: Texcoco, Tepetlaoxtoc, San Juan Teotihuacán e Ixtlahuaca, en esa misma entidad.
En la lateral de la autopista Peñón-Texcoco, cerca de la puerta 8, sólo había algunos tractocamiones estacionados con tubos, varillas y metales pesados que ya se habían comprado.
A distancia se observan las zonas de lo que sería la terminal aérea donde se edificaron algunos de las 21 columnas que emergen de la losa de cimentación para el edificio principal y la del levantamiento de la torre de control, donde también había muy poca actividad.
Los terrenos donde quedó a medio construir la megaobra continúan custodiados por agentes de la Policía Federal. Adentro aún hay herramientas, maquinaría y grúas para la construcción. Los uniformados que vigilan las puertas 7 y 8 desconocen cuándo serán retiradas. También circulan algunas camionetas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por el lugar.
Algunos vecinos aseguran que ya está todo listo para que en los próximas semanas autoridades efectúen la clausura y las obras paren en su totalidad. Sin embargo, para los activistas del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra Atenco urge que se inicie un programa de recuperación del ex lago de Texcoco.