Milán. La hipótesis del acuerdo entre la Scala de Milán y Arabia Saudita para integrar la junta directiva del mayor teatro lírico italiano crea polémica en el mundo de la política. La negociación la ha realizado el director ejecutivo y artístico, el austriaco Alexander Pereira, quien pide financiamiento de 15 millones de euros distribuidos en cinco años.

Esa institución que goza de cabal salud y está formada por un consejo de administración de ocho miembros, presidido por el alcalde de Milán, Giuseppe Sala, no se opone a la propuesta.

Sala ha dicho, al margen de una conferencia de prensa en el Palacio Marino, que debe asegurarse que la operación esté sujeta a ‘‘la completa transparencia de los fondos y de los objetivos’’. Rechaza la integración de Riad por ‘‘pura financiación’’ y lo considera viable sólo si la Scala pueda internacionalizarse mediante giras en Medio Oriente.

En cualquier caso, ‘‘el consejo de administración tendrá que decidir: tenemos una reunión el 18 de marzo, en la que Pereira explicará la oferta de los sauditas y lo que piden, y nosotros decidiremos’’ en esa fecha.

Pereira afirma trabajar para llevar a Riad una versión en concierto de La Traviata de Verdi. Además, la familia real saudita desea un conservatorio de música y danza, cuya apertura está prevista para septiembre próximo, también en Riad, dirigido por la academia de la Scala, para lo cual recibiría 100 mil euros anuales adicionales.

Pereira, cuyo contrato fenece en febrero de 2020 (podría ser elegido para un segundo mandato), dijo al diario La Repubblica –que difundió la noticia– que debería aceptarse antes de que sea ofrecido a otro país como Francia, pues ‘‘quería ya acaparárselo”. Sostuvo que ‘‘la negociación nació de los contactos con el gobierno saudita y la compañía petrolífera SaudiAramco, sugerida por hombres cercanos al presidente de Lombardía, Attilio Fontana (Lega), el año pasado”. Existen tres posibilidades para la formación del consejo de administración del teatro: el príncipe Badr–ministro de Cultura saudita y comprador de Salvator Mundi de Da Vinci–, o bien un representante del Ministerio de Cultura saudita, o una compañía petrolera saudita. Esta última es la hipótesis que preferiría ese órgano.