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Facebook, Netflix, Youtube

La lucha de la tecnología por captar nuestra atención
 
Periódico La Jornada
Domingo 10 de marzo de 2019, p. 19

París. ¿Qué busco en esta página web? Entre solicitudes repentinas, distracciones y sugerencias engañosas, la capacidad de atención de los usuarios en Internet topa constantemente con obstáculos. Varios programadores y diseñadores intentan aportar soluciones.

En Internet, todo el mundo se ha visto expuesto a la captología. En 1996, el estadunidense B.J. Fogg teorizó sobre la capacidad de las tecnologías digitales para influir en los usuarios. No podemos hacer nada, queramos o no, sin estar expuestos a la tecnología de la persuasión, escribió en 2010 este investigador de la Universidad de Stanford.

Los adeptos a las tecnologías digitales son blanco a diario de esa persuasive technology, especialmente en las grandes plataformas. Es el caso del hilo de Facebook, que se va desarrollando sin parar, o en la función Auto playing de Netflix o YouTube, que pasa un video tras otro de forma automática.

Diseñadores éticos

No es un error de concepción, esto fue creado y puesto en práctica con el objetivo de mantenerle en la plataforma, observa Lenaïc Faure. Este diseñador digital ha desarrollado, con el colectivo Diseñadores Éticos, un método para saber si el diseño para captar la atención en una aplicación es sustentable desde el punto de vista ético.

En el caso de YouTube, por ejemplo, Faure observa que si se sigue el flujo de sugestiones hay una especie de disonancia entre el objetivo inicial del usuario, visionar un determinado video y lo que se pone en marcha para intentar mantenerlo en la plataforma. Siempre con el objetivo de mostrar publicidades de empresas socias y conocer mejor lo que le gusta al usuario.

El diseñador Harry Brignull calificó el fenómeno de dark pattern, que se podría traducir como modelo oscuro. Se trata de un prototipo de diseño un poco malvado, explica, para hacer lo que los creadores quieren que haga.

Brignull cita otro ejemplo: con la entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos, las páginas web tienen que pedir el consentimiento explícito de los usuarios para recuperar sus datos personales.

Es muy fácil clicar OK, pero ¿qué hacer para desapuntarse o decir no? Incluso, un especialista como él necesita al menos un minuto para encontrar cómo rechazar la opción.

Economía de la atención

En el mundo digital actual, este minuto vale un dineral.

Las economías de escala y los efectos de red han dejado el control de estas herramientas para captar la atención a un número muy pequeño de empresas extremadamente poderosas, afirmó en abril de 2018 David S.H. Rosenthal, también de Stanford. Y estas compañías se ven empujadas por la necesidad de consumir cada vez más atención disponible para maximizar sus beneficios.

Tim Krief, estudiante de ingeniería, creó por su parte una extensión, Minimal.community, para bloquear las sugestiones nocivas en YouTube, Facebook, Amazon y, en menor medida, Twitter y Google. Libre y Open Source, la extensión tiene que sensibilizar a los usuarios sobre estas cuestiones, explica el joven, para quien no damos suficiente importancia a toda esta economía de la atención porque nos parece invisible.

¿Bastará para luchar contra los gigantes de la captación de atención en línea? Notarán un pequeño impacto, estima Harry Brignull, pero será quizá más difícil tener un impacto sobre las decisiones de estas mismas empresas.

Lénaïc Faure observa una demanda creciente de los consumidores digitales y cree que su método podría contribuir a reconciliar a los usuarios con los servicios.

Este tipo de iniciativas pueden ser una vía para decir a las grandes plataformas que estos diseños persuasivos nos molestan, concluye Tim Krief.