Miércoles 6 de marzo de 2019, p. 31
Desde que buscan empleo hasta que lo obtienen, un alto porcentaje de integrantes de la comunidad LGBTI enfrentan discriminación y maltrato por estigmas relacionados con su orientación sexual e identidad de género. Son sujetos a exámenes médicos innecesarios, rigurosos métodos para la selección de personal, bajos salarios, pocas oportunidades de desarrollo, intentos por indagar en sus preferencias sexuales y blanco de agresiones físicas o verbales.
Los resultados del Diagnóstico nacional sobre discriminación hacia personas LGBTI en México muestran que seis de cada 10 integrantes de esta población consideraron que su orientación sexual es un obstáculo para acceder a un empleo y 25 por ciento de quienes lo tienen señaló maltratos.
Además, 43 por ciento indicó que vive hostigamiento y acoso constante en su lugar de trabajo debido a su identidad de género u orientación sexual y 78 por ciento refirió que la discriminación por esos motivos ha perjudicado su desarrollo profesional y laboral.
El análisis –que se presentó ayer– fue elaborado por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y la Fundación Arcoíris por el Respeto a la Diversidad Sexual. Indica que entre las lesbianas las dos principales agresiones son: obstáculos para acceder a un trabajo y las amenazas de ser violadas o acosadas, en tanto que entre los hombres hay numerosas víctimas de hostilidad cuando solicitan un empleo y son amenazados de que sufrirán daños físicos. La mayoría de los encuestados fueron jóvenes, 60 por ciento de ellos tenían entre 18 y 29 años al momento de la aplicación del estudio que se realizó entre 2015 y 2018 en las 32 entidades federativas.
Se agrega que 25.69 por ciento de los entrevistados reportó ser estudiante, 16.61 por ciento labora en el sector privado; 13.14 por ciento, en el público; 11.21 por ciento es profesionista independiente y 4.22 por ciento se dedica al trabajo sexual.
Esta última opción se presenta más entre las mujeres trans (25 por ciento de ellas) y entre los hombres trans (8.89 por ciento).
En lo referente a las remuneraciones, 32 por ciento afirmó ganar quincenalmente entre mil y 3 mil pesos; 25 por ciento, de 3 mil a 6 mil; 13.5 por ciento, de 6 mil a 10 mil pesos, y 14 por ciento percibe menos de mil pesos.
En la búsqueda de empleo se identifican requerimientos hostiles que atentan contra las libertades laborales: a 33 por ciento les preguntaron su estado civil; a 4 por ciento su identidad de género y a 6 de cada 100 su orientación sexual.
También les han solicitado algún tipo de prueba para ingresar al empleo como sicológicas (18 por ciento), de VIH (8 por ciento) y de embarazo (5 por ciento).
Los cuestionamientos sobre la identidad de género y la orientación sexual, así como el requerimiento de probar que no son portadores del virus de inmunodeficiencia humana, reflejan una fuerte discriminación directa y, por ello, pueden ser consideradas aún más graves
, señala el estudio.
Cuando se profundiza en estos datos, se encuentra que las lesbianas son más cuestionadas en torno a su identidad de género y orientación sexual (62 por ciento). La prueba de VIH se le requiere a 52 por ciento de la población masculina gay, a las mujeres trans, 48 por ciento, y a los bisexuales, 44 por ciento.