El precio de los productos básicos perecederos al menudeo, como jitomate, tomate y papa, se ubica entre 30 y 40 por ciento arriba del que impera en la Central de Abasto y La Merced, afirmó el director general de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope) de la Ciudad de México, Enrique Guerrero Ambriz.

Indicó que el aumento acumulado en los precios de los combustibles genera este impacto en los productos de la canasta básica en pequeños comercios.

Un ejemplo son las cocinas económicas, donde a principios de 2018 teníamos de manera genérica comidas corridas a precios de entre 45 y 50 pesos, y hoy día difícilmente las encontramos a menos de 55 o 60 pesos. ¿Qué significa esto? Un incremento de 10 por ciento en el precio.

Un impacto muy claro del incremento en los combustibles se refleja en actividades como la venta de verduras, expuso. Ya no hay verduras económicas para consumir. Si una familia quisiera sustituir el consumo de carne por verduras hoy también requeriría de un mínimo de presupuesto, precisó.

Las pequeñas y las microempresas, como las cocinas económicas, no pueden absorber eternamente este impacto. Llega un momento en que se dan cuenta de que su empresa no les está dejando.

Indicó que es por ello que hoy se tienen precios de jitomate a 15 pesos el kilo, de tomate, a 18, 15 o 12 pesos, y de papa, a 18 pesos el kilogramo en La Merced o la Central de Abasto, pero ya al menudeo estos productos están 30 y 40 por ciento más caros, debido a los gastos de traslado y mermas por ser productos perecederos, agregó.

Una posible salida al incremento de los productos básicos podría ser la revisión legislativa del impuesto especial de productos y servicios que está en los combustibles y es alto, apuntó.