Olga Sánchez Cordero, responsable de la política interna de Mexico, dijo a la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirjsten Nielsen, que nuestro país no es la causa del incremento migratorio de centroamericanos hacia aquella nación y, al contrario, busca ser parte de la solución a partir del ordenamiento del fenómeno, con base en el respeto a los derechos humanos de los extranjeros.

Antes, frente a académicos, la funcionaria habló de la nueva modalidad de cruces grupales por la frontera sur y afirmó que han identificado a líderes de grupos no gubernamentales que reclutan a esas caravanas, “concretamente algunos de Pueblo Sin Fronteras", respondió cuando los investigadores le pidieron precisar nombres, según se escucha en el audio traducido al inglés, difundido por los anfitriones.

De inmediato, mediante un comunicado el grupo aludido respondió que las declaraciones de la funcionaria criminalizan a la sociedad civil que defiende los derechos humanos y son un intento de distracción del gobierno mexicano por su actual política migratoria fallida.

La titular de la Secretaría de Gobernación (SG) realizó una gira de trabajo en Washington y, frente a Nielsen, subrayó el carácter unilateral de la medida a partir de la cual Estados Unidos envía a México a solicitantes de asilo –mayoritariamente centroamericanos– en tanto se resuelve su proceso.

Dijo que México los acepta como una decisión soberana y como medida humanitaria.

En diversos encuentros, la secretaria expuso –ante funcionarios de Estados Unidos y del Banco Interamericano de Desarrollo, así como legisladores y académicos– la nueva política del gobierno de México.

Con los especialistas señaló que la entrada de personas a México por la frontera sur podría llegar, en el siguiente lustro, a 700 mil cada año.

El cálculo expuesto por Sánchez Cordero significa el doble de las estimaciones actuales emitidas por funcionarios y especialistas acerca del tamaño del flujo de personas que ingresan por la frontera sur, ya sea de manera regular o irregular.

En charla con integrantes del Instituto de Política Migratoria (MPI, por sus siglas en inglés), precisó que nuestro país tiene en el sur 370 puntos por donde se registran ingresos ilegales.

Sin embargo, subrayó, México seguirá recibiendo gente de muchas nacionalidades, incluidos centroamericanos y sudamericanos (venezolanos), a quienes no considera criminales, sino personas que huyen de las condiciones de precariedad y violencia en sus lugares de origen.

Luego, en la sesión de preguntas y respuestas con los miembros del MPI, la funcionaria informó de los rasgos de la nueva política del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la materia: radicalmente distinta a la anterior, porque ahora no sólo se trata de contener, detener y deportar sino de regular y registrar a las personas, con el eje del respeto a los derechos humanos.

Tanto en ese encuentro como con Nielsen, la titular de Gobernación aseguró que México no es un problema para Estados Unidos porque incluso la tasa se ha mantenido en cero y en ocasiones ha sido negativa, por las deportaciones y retornos de connacionales.

Por la noche, Gobernación informó en un comunicado que ante la secretaria Nielsen, Sánchez Cordero destacó que nuestro país busca ser parte de la solución a los retos regionales, al promover la migración ordenada y segura.

También a través de twitter la dependencia dijo que la reunión con la secretaria de Seguridad se desarrolló durante dos horas en un ambiente cordial para abordar la agenda bilateral en seguridad y migración.

Previamente conversó con Andrew Selee, presidente del MPI, en la que estuvo acompañada de la embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena Coqui; el Comisionado del Instituto Nacional de Migración, Tonatiuh Guillén López , y el Coordinador Nacional de Protección Civil, David León.