México no cerrará su frontera sur pese a la irrupción de grupos violentos ya identificados que en días pasados agredieron a agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y causaron daños materiales.

No vamos a cerrar la frontera; tenemos una política migratoria claramente definida para garantizar el derecho a la movilidad humana, a la migración regulada, segura y ordenada, pero no vamos a permitir que grupos delictivos estén alentando este tipo de enfrentamiento o violentando la situación del país, señaló Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación.

En entrevista al término de una reunión del caso Ayotzinapa señaló que nuestro país tiene una nueva política migratoria, sustentada en el respeto a la movilidad humana ordenada.

Según datos del INM, han sido otorgadas casi 15 mil tarjetas de visitante por razones humanitarias: 12 mil 646 de estos documentos de ingreso a extranjeros se proporcionaron en Chiapas, mil 504 en Iztacalco y 754 en Piedras Negras, Coahuila. Si bien el programa emergente ya concluyó, en los próximos días se entregarán alrededor de mil 400 tarjetas ya tramitadas.

Hemos abierto la frontera, pero la gente que quiere tener acceso a nuestro país debe cumplir las condiciones migratorias, señaló, y advirtió que no se permitirá que grupos delictivos alienten la violencia y transgredan las leyes mexicanas.

Esta semana personas procedentes de América Central irrumpieron en la franja fronteriza y avanzaron hacia Tapachula, Chiapas, y al negarse a registrar su ingreso agredieron a agentes migratorios.

El subsecretario aseguró que se trata de la reacción de grupos delictivos que con el plan emergente de regularización, que concluyó hace apenas unos días, vieron afectados sus negocios de tráfico de personas.

Precisó que entre ocho y 10 presuntos delincuentes han sido puestos a disposición de las autoridades de justicia y otros fueron deportados.

Reconoció que en todas las rutas utilizadas por los migrantes hay grupos criminales, en especial en el sur y corredor del Golfo, centro y noreste, y adelantó que todas las personas que tengan antecedentes penales o ingresen al país para cometer delitos serán sancionadas.

–¿Vale la pena seguir con esta política humanitaria, incluso si los agentes migratorios son agredidos?

–Sin lugar a dudas. (Las caravanas) se han concentrado en esta última etapa en grupos de alrededor de 5 mil personas, (y el) flujo en la frontera sur es de más de 300 mil al año. El problema es esta modalidad de grupos delictivos (que agreden) para proteger sus intereses.