Brasilia. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, presentó este miércoles ante el Congreso el proyecto de reforma al sistema de jubilaciones, con el que pretende ahorrar en la próxima década 1.16 billones de reales (más de 300 mil millones de dólares), al cambiar las tasas de impuesto, aumentar la edad de jubilación y crear cuentas de ahorro individual.

La propuesta establece una edad mínima de 62 años para las mujeres y 65 para los hombres, según un documento divulgado por el Ministerio de Economía. También plantea que los brasileños deberán contribuir durante al menos 40 años con el sistema previsional para jubilarse con una pensión completa.

Brasil es uno de los pocos países que no exige una edad mínima para el retiro laboral. El régimen actual permite jubilarse a las mujeres que cotizaron durante 30 años y a los hombres que lo hicieron durante 35, sin una edad mínima; el monto del beneficio mejora para quienes prolongan su vida laboral.

El gobierno también prometió presentar cambios para las pensiones militares que ahorrarían incluso más dinero. La meta de ahorro de Bolsonaro es mucho más ambiciosa que los casi 600 mil millones de reales en ahorros en una década propuesta por su predecesor, Michel Temer, quien finalmente cedió debido a lo impopular de la iniciativa.

El arquitecto de la reforma es el ministro de Economía, Paulo Guedes, formado en la escuela de Chicago, y su apoyo a Bolsonaro le brindó al ex capitán del Ejército un fuerte respaldo de los mercados.

Bolsonaro y Guedes llegaron al Congreso por la mañana para entregar el proyecto al presidente de los diputados, Rodrigo Maia, en medio de una protesta de legisladores de la oposición, que abuchearon a los líderes del Ejecutivo y Legislativo. En el centro de Sao Paulo cerca de mil personas se manifestaron contra el proyecto, convocados por los principales sindicatos del país que denuncian una tentativa de poner fin a la Previsión Social en Brasil.

La propuesta de seguridad social es la piedra angular del plan del mandatario para cerrar lo que las agencias de calificación de riesgo dicen es un déficit público insostenible. El mandatario advirtió esta semana que, sin un nuevo régimen de jubilaciones, Brasil quebrará en 2022.

En 2018, un 9.2 por ciento de los 209 millones de brasileños tenía más de 65 años. En 2060, serán 25.5 por ciento, según proyecciones oficiales. El déficit de las jubilaciones (sectores público y privado), que representaba en 2011 un 2.1 por ciento del producto interno bruto, llegó a 4.25 por ciento en 2018.

La reforma constitucional requiere 308 votos de un total de 513 diputados y 49 de 61 senadores.