Prácticamente ninguna víctima de desplazamiento forzado interno en México ha logrado volver a su lugar de origen, luego de escapar de un ambiente de inseguridad o violencia, ni tampoco ha recibido asistencia especializada de las autoridades, lo cual aumenta su condición de vulnerabilidad y hace que dicho fenómeno se perpetúe.

Así lo afirmaron los autores del libro Entre la invisibilidad y el abandono: un acercamiento cualitativo al desplazamiento interno forzado en México, quienes subrayaron que debido a la falta de políticas públicas para ayudar a las víctimas, éstas padecen una gran cantidad de afectaciones económicas, físicas y sicológicas.

Durante la presentación del volumen, José Antonio Guevara, director ejecutivo de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), explicó que el estudio reúne 57 entrevistas a propósito de cinco casos de desplazamiento forzado, tanto individuales como colectivos, que involucran a 104 personas.

El jurista enfatizó que el Estado mexicano está en falta con esa población y está obligado no sólo a atender sus necesidades inmediatas, sino también a crear un registro nacional de desplazados, aprobar una ley general en la materia y, sobre todo, investigar los hechos victimizantes que obligaron a los afectados a salir de sus lugares de origen.

Brenda Pérez, coordinadora del área de desplazamiento interno de la CMDPDH, delineó algunos de los principales hallazgos del análisis. Entre ellos destacó que ninguna de las víctimas cuyas historias se incluyen en el libro fueron capaces de regresar a sus hogares, ni recibieron una ayuda integral de parte de las autoridades del país.

Cecilia Jiménez, relatora especial de Naciones Unidas sobre los derechos de los desplazados internos, destacó la importancia del estudio y manifestó su interés por realizar una visita oficial a México.