Es alarmante la vulnerabilidad que enfrentan en México activistas de derechos humanos y periodistas. En lo que va de este año el número de asesinatos de integrantes de estos gremios ya representa la tercera parte de los que se cometieron en 2018. Aunado a ello, las referencias que el presidente López Obrador realizó recientemente contra estos sectores pueden favorecer más agresiones, señalaron expertos nacionales e internacionales.

Durante el Encuentro Internacional de Defensores y Periodistas convocado por la Comisión Mexicana de Defensa y Protección de los Derechos Humanos, el representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, indicó que 2019 inicia de manera terrible para estos dos sectores, pues en menos de dos meses han sido asesinados seis activistas y dos comunicadores, una tercera parte de los crímenes de este tipo registrados el año pasado.

Destacó que de no ser por la labor de periodistas y defensores, sería muy difícil que en un Estado democrático se concreten la verdad y la justicia. Sin su labor no se conocerían graves violaciones a derechos humanos como las desapariciones forzadas cometidas por elementos de la Marina en Tamaulipas el año pasado; los abusos de militares contra civiles en Tlatlaya, estado de México, o la reciente liberación de tres activistas de Tlanixco.

Edison Lanza, relator para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, llamó a proteger a los comunicadores y a que el Estado cumpla con las recomendaciones que, junto con su similar de Naciones Unidas, David Kaye, realizaron a México tras su visita de trabajo en diciembre de 2017.

“El discurso que los altos funcionarios públicos adoptan frente a los medios de comunicación y los periodistas es un elemento central de esto (los abusos), porque si hay un presidente, cualquiera que sea –podemos elegir ejemplos de todos los continentes– que dice que la prensa es corrupta, vendida, esa prédica, es, digamos, una invitación a la agresión por parte de sus seguidores y otras personas”, enfatizó.

Destacó que crímenes emblemáticos como los homicidios de los corresponsales de La Jornada en Chihuahua y Sinaloa, Miroslava Breach y Javier Valdez, asesinados en 2017, al igual que los de muchos otros comunicadores, representan un silenciamiento a la sociedad en su conjunto.