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Las mujeres de Petatán, una comunidad pesquera del Lago de Chapala Carmen Pedroza Gutiérrez
Petatán es una de las comunidades pesqueras más tradicionales de la ribera del Lago de Chapala. El lago más grande del país, compartido por los estados de Jalisco y Michoacán. Esta comunidad cuenta con una pequeña población de aproximadamente 423 habitantes, de los cuales la mayoría de los hombres se dedican a la pesca de carpa y tilapia en el lago, y las mujeres filetean este pescado. En la actividad pesquera del lago, al igual que en otras partes del mundo, las mujeres están presentes en todas las actividades de la cadena de valor como la venta y captura de pescado, sin embargo, su rol preponderante está en el procesamiento. Petatán es la segunda comunidad más importante para el procesamiento de pescado del Lago de Chapala y presas circunvecinas. Todos los días desde muy temprano las mujeres van a filetear para que el pescado pueda ser vendido en el Mercado del Mar en Zapopan, Jalisco, ya sea para filete empanizado o ceviche. En Petatán la pesca y el procesamiento de pescado son las actividades que mantienen la vida cotidiana de la comunidad, tanto en términos económicos como sociales, pues es en la ida a filetear donde las mujeres se encuentran y establecen sus redes sociales. Hasta la fecha no se han desarrollado otras actividades económicas porque esta comunidad es una pequeña península situada entre el lago y la montaña, por lo cual no hay tierras en donde sembrar y el limitado transporte público dificulta a sus habitantes ir a trabajar a otras comunidades. La entrada de las mujeres de Petatán al mercado de trabajo se debe, principalmente, a que la comunidad depende de los intermediarios que compran el pescado, y estos solamente lo compran si las esposas de los pescadores lo van a filetear a sus plantas procesadoras. Así, cuando el volumen de captura es bajo, los ingresos de las mujeres se convierten en un aporte crucial para el mantenimiento de sus hogares, ya que además del lago, el pescado también llega de diferentes presas cercanas y siempre hay pescado para filetear. En cambio los factores climátologicos, entre otros, pueden impedir un día de pesca en el lago. La mayoría de las mujeres en la comunidad aprenden a filetear cuando tienen entre ocho y nueve años, y es común ver a las niñas ir a filetear a la salida de la escuela primaria. En algunos casos las niñas empiezan a filetear como un juego o para acompañar a sus mamas mientras trabajan, sin embargo, estos ingresos se pueden tornar muy importantes para la sobrevivencia de las familias. Esta actividad ofrece diversas ventajas a las mujeres; cuando el pescado es abundante ellas pueden filetear hasta 150 kg de pescado, obteniendo ingresos de hasta 750 pesos en un lapso de 10 a 12 horas. La mayoría trabaja de lunes a sábado y sus ingresos los consideran buenos, aunque las horas de trabajo son largas y el volumen de pescado no es constante. El trabajo es pagado a destajo y las mujeres están en libertad de entrar y salir cuando lo necesiten. Sin embargo, cuentan con la presión de trabajar más horas ya que entre más pescado fileteen mayores serán sus ingresos. Esto se puede convertir en un problemático dilema entre el cuidado de sus hijos y la necesidad de obtener ingresos para sus hogares. Además de la extrema fatiga que resulta el permanecer tantas horas de pie fileteando pescado. La presión por trabajar más e incrementar sus ingresos las lleva a aumentar las horas de trabajo al punto de tener dolores de manos, piernas y espalda, además de no comer bien y tomar poca agua. Esto sin duda las hace más susceptibles a enfermedades. A pesar de todo las mujeres optan por este trabajo, ya que sobre todo en épocas cuando escasea la captura se convierte en un ingreso importante para las familias de pescadores. Además, el hecho de obtener sus propios ingresos monetarios les da seguridad, independencia y las empodera. Es una buena opción, pero también es la única opción para las mujeres. El procesamiento de pescado le ha dado un lugar importante a Petatán en las pesquerías del Lago de Chapala. El valor agregado que se le da al pescado es una oportunidad de obtener ingresos y ser independientes. Es por eso que a las mujeres de Petatán se les conoce como las más fuertes y valientes de la región.
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