|
|||
Bahía de Altata-Ensenada del Pabellón: Milton Gabriel Hernández García Profesor-investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia
El Sistema Lagunar Altata-Ensenada del Pabellón es uno de los más productivos de Sinaloa y del país. Para las siete comunidades que allí habitan, la base de su subsistencia es la pesca. Constituye la principal fuente de abastecimiento de pescados y mariscos para la ciudad de Culiacán, que se encuentra a una hora de camino. La población mantiene una estrecha relación con la gran diversidad de especies de flora y fauna a lo largo y ancho de más de 22 mil hectáreas. Históricamente, la pesquería más importante ha sido la de camarón, aunque durante el periodo de veda, los pescadores del sistema lagunar se dedican a la captura de almejas y ostiones para subsistir. La sobreexplotación local y las dificultades para la aplicación de un ordenamiento pesquero efectivo provocaron que, entre 2006 y 2014, las poblaciones de la especie de almeja chocolata disminuyeran en 92% (datos de la Conapesca). Este escenario adverso amenazaba la conservación de la biodiversidad y la biomasa, pero también la continuidad de la actividad pesquera que da fundamento y sentido a la vida comunitaria. Ante ello, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca y el Instituto Nacional de Acuacultura y Pesca (Inapesca), junto con con los pescadores organizados en cooperativas y agrupados en la Federación de Sociedades Cooperativas Pesqueras de Altata, han elaborado de manera participativa y consensual un Plan de Manejo Pesquero Integral desde una perspectiva ecosistémica. Para ello han contado con el acompañamiento, apoyo y asesoría de instituciones como Environmental Defense Fund de México A. C. (EDF), la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), el Instituto Sinaloense de Acuacultura y Pesca (Isapesca) y Pronatura Noroeste, con una invitación abierta a participar a todas las instituciones locales relacionadas. Se ha diseñado para favorecer el manejo sustentable de múltiples recursos pesqueros (almejas, ostiones, rayas, peces de escama, entre otros). A través de dicho instrumento se implementan medidas para preservar no solo las especies de valor comercial, sino el ecosistema en su totalidad, lo que permite a su vez la continuidad de una economía y una identidad basadas en la pesca artesanal. Uno de los componentes fundamentales del Plan de Manejo es el establecimiento de una Zona de Refugio Pesquero para asegurar la preservación de la almeja chocolata (Magapitaria squalida) que, según Rafael Ortiz, director de Pesquerías de EDF, quien coincide con las demás instituciones participantes, “ya no alcanza a recuperarse por sí misma debido al fuerte impacto de la sobrepesca”. Martha Rosales, consultora de esta misma organización, considera que esta especie ha cobrado una gran relevancia socioambiental pues se ha vuelto icónica en la región debido a su sabor, pero también por la abundancia que anteriormente la caracterizaba: “Con este Plan de Manejo estamos trabajando para la implementación de medidas que nos permitan hacer sustentable el manejo de los recursos pesqueros, así como recuperar y mejorar el estado de las pesquerías. Como parte de las recomendaciones de este Plan de Manejo, se definió la necesidad de establecer una Zona de Refugio Pesquero para almeja chocolata. Al mismo tiempo, se consideró un componente social con el propósito de mejorar el nivel de vida de los pescadores y de las comunidades pesqueras. Ha sido fundamental el trabajo articulado entre el sector pesquero, gobierno federal y estatal, academia y sociedad civil en el fortalecimiento de liderazgos comunitarios y de construcción de acuerdos entre todos los actores que son parte del sistema lagunar. También se están diseñando alternativas para mejorar las condiciones del mercado, lo que implica trabajar en el manejo y al mismo tiempo cerrar el ciclo de la comercialización, que los pescadores puedan acceder a precios preferenciales. Es un proyecto muy amplio con varias dimensiones y en el que participamos múltiples actores”. Silvia Ortiz, investigadora del Inapesca, ha señalado que la perspectiva desde la que se ha elaborado el Plan de Manejo lo hace un ejercicio inédito, que lejos de centrarse solo en una especie de valor comercial o de reducirse a la dimensión puramente ambiental, adopta un enfoque ecosistémico e integral que articula lo social con lo económico, lo cultural y lo ecológico: “Este Plan de Manejo se realizó de acuerdo a la legislación vigente. Es un mecanismo mediante el cual Inapesca, en coordinación con otras instituciones y con las comunidades, crea un consenso para decidir el manejo más apropiado de los recursos. Tradicionalmente, los planes de manejo se hacían sobre un solo recurso natural. Pero sabemos que no es solo una pesquería la que opera en un espacio. Diversas pesquerías y organismos interactúan en un mismo sitio. La perspectiva de este Plan de Manejo es integral, contempla el espacio natural, las actividades externas, las pesqueras y a las diferentes pesquerías que hay en el ecosistema lagunar. En ese sentido es un Plan de Manejo innovador. La buena gobernanza que se deriva de este instrumento, con un enfoque ecosistémico, permitirá orientar a los actores locales a buscar la sustentabilidad pesquera, asegurando con ello que no se agoten los recursos y que las futuras generaciones tengan acceso a ellos. La idea es maximizar la eficiencia en el manejo de recursos y minimizar las afectaciones al entorno”. Una vez que se ha concluido el proceso de construcción del Plan de Manejo, Jesús Valenzuela, pescador de Altata, señala que las comunidades ya esperan su publicación por parte de las autoridades: “El Plan de Manejo fue apoyado por las cooperativas. Se hizo por la necesidad como pescadores y como sistema lagunar, porque estábamos sobre explotando y ahora con esto podemos lograr que las especies perduren y que las trabajen mis hijos, mis nietos. Que pesquen como yo he pescado. Se nos capacitó y nos gustó. Es un plan integral para sacar adelante a las comunidades pesqueras que están muy deterioradas. Incluye el ostión, pata de mula, escama, todo entra porque es integral y queremos que todas las especies sobrevivan. El acuerdo es trabajar coordinadamente las comunidades pesqueras para proteger las especies del sistema lagunar. Porque antes sacábamos mucha almeja chocolata, hasta la regalábamos. Ahora es escasa y una cubeta te sale en 1,200 pesos. Cuando yo era niño, en unos minutos sacábamos diez cubetas. La sobreexplotamos. Hace como cuatro años casi se acabó. Ahora ya se está recuperando. Hicimos un refugio para la almeja, donde no la sacamos, es para cuidarla y que de allí se vuelva a reproducir. También la almeja amarilla o pierna de mujer, pero esa ya prácticamente desapareció por que la bahía se nos contaminó. Con el Plan de Manejo queremos recuperarla. Ya nada más estamos esperando que Inapesca lo publique”. Otro aspecto derivado de este proceso es haber logrado la pre-evaluación y consideración de un Proyecto de Mejora Pesquera (FIP) de almeja chocolata para que esta pesquería sea reconocida por sus prácticas basadas en criterios de sustentabilidad. A través del Plan de Manejo también se busca fortalecer la actividad pesquera mediante la diversificación selectiva de especies, con el objetivo de que los pescadores no dependan solo de una de ellas, como podría ser el camarón. La implementación de un Plan de Manejo como el de Altata-Pabellones garantiza una práctica pesquera ordenada y responsable a escala regional. De esta manera se busca garantizar que las actuales y las futuras generaciones sigan teniendo derecho a mantener la pesca ribereña como horizonte de vida.
|