Los excelentes resultados que México ha obtenido en años recientes en las olimpiadas de matemáticas internacionales se deben a la labor que desde hace más de tres décadas realiza la Olimpiada Mexicana de Matemáticas (OMM), uno de los programas académicos más importantes que impulsa la Sociedad Matemática Mexicana (SMM).

Por ello hay preocupación en la comunidad olímpica matemática ante los recortes presupuestales que se prevén para 2019 en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), principal soporte del proyecto educativo de la SMM que, entre sus logros, ha colocado en el séptimo lugar mundial al país en la Olimpiada Europea Femenil de Matemáticas (EGMO, por sus siglas en inglés).

Además de la campaña para solicitar apoyo económico a la sociedad civil y a la iniciativa privada, la SMM está a la espera de recursos federales, los cuales, de no llegar a tiempo, pondrían en riesgo la participación de México, precisamente, en la séptima edición de la EGMO, que se realizará en abril en Kiev, Ucrania, entre otros concursos.

El primero de febrero, el Conacyt informó que en atención a las inquietudes expresadas por las academias y sociedades con relación al financiamiento de las actividades que se llevan a cabo en el contexto del Programa de Actividades Científicas, Tecnológicas y de Innovación, y con la finalidad de no detener estos importantes esfuerzos, invitaba a presentar una solicitud de extensión para cubrir el primer semestre del año, con la promesa de que se está trabajando en la elaboración de convocatorias integrales para fortalecer la vinculación entre la ciencia y la sociedad.

Desde la fundación de la SMM, hace 75 años, se han sorteado altas y bajas; confiamos en que la excelencia de nuestra labor en favor de la sociedad no sólo nos avale ahora, sino que contemos con un apoyo más amplio. Nuestros resultados están a la vista de todos, señala María de la Luz Jimena de Teresa de Oteyza, presidenta de esa asociación civil, en entrevista con La Jornada.

Añade que la SMM está en condiciones “de hacer mucho más para que las matemáticas lleguen de mejor forma y de manera más creativa y efectiva a estudiantes y profesores en todos los rincones de México; esa es nuestra labor, pero no podemos hacerlo solos, debemos tener la compañía de la Secretaría de Educación Pública y del Conacyt.

Por ejemplo, nos encantaría que las olimpiadas fueran como en Brasil, donde el examen de invitación es universal, por lo cual participan millones de niños. Esa es una de las razones por las que ellos son el único país de América Latina que ya tiene un ganador de la Medalla Fields (reconocida como el Nobel de las matemáticas), puntualiza De Teresa.

Además de la OMM, continúa, la sociedad ha sido muy productiva y fundamental para la creación de la carrera de matemáticas en diversas universidades e instituciones del país, tanto públicas, como privadas, pues participa en la evaluación y acreditación de licenciaturas donde las matemáticas son pieza importante.

No hacemos turismo académico

La SMM surgió en 1942 con la vocación de servir a la sociedad mexicana, reitera. La organización de congresos nacionales, talleres, cursos, así como el apoyo a estudiantes para que asistan a esas actividades de formación académica son otras de las actividades de la sociedad científica, y tenemos una muy buena revista de matemáticas, de renombre internacional, que se encuentra en los principales índices de publicaciones científicas del mundo.

Respecto de las olimpiadas, detalla que el trabajo que realizan el comité organizador y los entrenadores en todo México es, en la mayoría de los casos, honorífico: “Nadie cobra nada por ello. Los recursos que nos da el Conacyt se van principalmente en la compra de boletos de avión y alimentación de los jóvenes que representan al país, y siempre intentamos que alcance para mucho. No hacemos turismo académico.

“Con sus altas y bajas, los recientes años México ha conseguido medallas de oro, muy difíciles de ganar, muchas platas, bronces y menciones honoríficas que se otorgan a quien hizo completo y perfecto al menos un ejercicio de la prueba; no son premios de consolación, son reconocimientos importantes.

“Nuestros estudiantes entrenan durísimo horas y horas. En esto nos apoya, por ejemplo, el Centro de Investigación en Matemáticas con sede en Guanajuato, que nos presta sus instalaciones, por lo que los entrenamientos son baratos; para los concursos estatales los delegados de la OMM en cada entidad son los que deben conseguir recursos con los gobiernos locales, algunos patrocinadores de la iniciativa privada o universidades.

Muchas veces son los padres de familia los que también nos apoyan. Entonces, las olimpiadas de matemáticas en México han sido desde hace años austeras, producto de muchas horas de trabajo altruista de personas que desean que sucedan. Confiamos en que el gobierno federal nos ayudará a consolidarlas, concluye la presidenta de la SMM.