Hugo Cuatito Ruiz recibió la oferta de ir por un campeonato, a escasas dos semanas de la pelea. El retador, Abner Mares, sufrió una lesión que lo imposibilitó para enfrentar al monarca superpluma de la Asociación Mundial de Boxeo, Gervonta Davis, el 9 de febrero, en Carson, California.

Ruiz subió al cuadrilátero apenas el 19 de enero en Las Vegas. El lapso de tres semanas entre un combate y el siguiente parece descabellado, pero de cualquier modo lo emocionó la oferta. Sin descanso y con la confianza de que es capaz de lograrlo, se lanzó por el reto.

Cualquier pelea representa riesgo, concede Ruiz; ésta lo tiene más por lo pronto que se presenta después de mi reciente combate, pero si yo no me sintiera en condiciones, no la aceptaría.

El consuelo de Cuatito es que la pelea del 19 de enero no le exigió mucho desgaste físico. Aunque venció a Alberto Guevara en 10 episodios, insiste que le pareció más una pelea de entrenamiento que un combate en forma.

Si no me sintiera en condiciones de conseguirlo, lo dejaría pasar sin pensarlo dos veces, afirma Cuatito; en mi pelea pasada demostré mi fuerza sin desgastarme, tengo capacidad de tomar esta oportunidad.

Ruiz entiende que desde afuera, entre todos aquellos que no viven bajo su piel el boxeo, esta oferta tan apresurada puede parecer temeraria. Y, por demás, peligrosa. Pero desde su propia lógica la alternativa tiene otras luces.

Davis es un peleador promovido por la figura del boxeo Floyd Mayweather. Ese aura protector podría ser todavía más complicado para que Cuatito consuma su propósito.

No me gusta ser el favorito, dice cómodo; me gusta llegar como el que nadie cree que puede ganar, porque eso me permite entrenar de manera libre, me siento más ligero; lo contrario me presiona demasiado: no tengo nada que perder.

Le genera confianza saber que Davis es zurdo. Cuatito se preparó para enfrentar zurdos durante meses. Eso le hace pensar que puede descontrolar al campeón, preparado para pelear con Mares.

Para mí es una gran oportunidad que no puedo desaprovechar, dice; siempre estamos esperando que nos ofrezcan ir por un título.

Ruiz sabe lo que significa ser campeón del mundo, aunque por poco más de medio año.