Afirma que se terminó la curva de aprendizaje
y ya tiene resultados
En algunas zonas identifica un desastre, como el colapso de la atención en donde hubo daños por los sismos de 2017, y en otras prevé cambios, como suspender contratos de asociaciones público privadas. Fortalecer el IMSS Bienestar y ahorrar $4 mil 200 millones destacan entre las metas
sin complicidades con nadie.Foto Luis Castillo
Sábado 2 de febrero de 2019, p. 9
En algunas zonas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) hay un desastre, como el colapso de los servicios en las entidades donde se cayeron clínicas y hospitales a causa de los sismos de 2017; en otras habrá cambios, como la suspensión de dos de los cuatro contratos de asociaciones público privadas que se firmaron en el gobierno anterior para la construcción de hospitales, afirma el director general, Germán Martínez Cázares, para quien su historia en el Partido Acción Nacional (PAN) quedó en el pasado.
Aquí, sostiene, estoy construyendo un futuro
como parte del proyecto del gobierno de México para lograr el desarrollo del país. Ahora hay mucho ruido, pero atrás hay nueces de desarrollo
.
En entrevista, luego de la sesión del Consejo Técnico donde se aprobaron las designaciones de los nuevos mandos del instituto, incluidos los delegados, el funcionario también reconoce que él y todos sus colaboradores pasaron en el primer mes de la administración por la curva de aprendizaje
que se reflejó en el cambio del director de Administración y en que la recaudación de Cuotas Obrero Patronales (COP) de diciembre se ubicara apenas por encima de la meta
determinada para ese mes.
Eso es normal, pero ya estamos trabajando con resultados
, dice en referencia a las estrategias que se han puesto en marcha, como el proyecto para afiliar a los trabajadores del hogar y ampliar la cobertura del programa IMSS Bienestar en las comunidades marginadas del sur-sureste del país.
A continuación, la entrevista que el director del Seguro Social concedió a La Jornada.
–¿Cómo encontró al IMSS?
–Es una institución enorme, muy compleja con zonas donde hay un desastre, como los hospitales dañados por el temblor. Están en ruinas, así que no importa que haya un superávit en las finanzas si no hay servicios médicos. Encontré personal médico y de enfermería comprometido con el instituto, y un sindicato fuerte y activo que entiende la nueva orientación política del gobierno.
Sí hay un superávit, pero las finanzas no están boyantes ni alcanza para mucho. No tengo los datos finales todavía porque la atención de la emergencia en Hidalgo (por la explosión del ducto de Petróleos Mexicanos) nos llevó tiempo y este viernes tomó posesión el director de Administración
.
–¿Hubo un conflicto fuerte con Pedro Zenteno, propuesto para ocupar ese cargo?
–No. Hubo ajustes producto de la curva de aprendizaje que todos tuvimos en el primer mes. Es normal en la administración. Estoy satisfecho de la decisión concertada entre el IMSS y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para que Zenteno se vaya al Issste y Flavio Cienfuegos –quien ya estaba en aquel organismo– llegue al IMSS.
–¿Cuánto tiempo va a durar esa curva de aprendizaje?
–Se terminó y no afectó el cumplimiento de compromisos. No vine a aprender. Desde el día tres tengo un plan con objetivos y tareas concretas para lograr un IMSS incluyente, que avance hacia un sistema único de salud, participar con el programa Jóvenes construyendo el futuro y la incorporación de los trabajadores del hogar. Y tengo resultados. Hay acciones inmediatas para la atención de emergencias que ponen en peligro la vida, la inauguración de Unidades de Medicina Familiar y el arranque del modelo preventivo de salud. En los primeros cien días de la administración voy a cumplir, y cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador cumpla un año de haber sido electo habrá más resultados y metas cumplidas.
–¿Las atribuciones que tiene la SHCP para realizar las licitaciones y contratación de servicios podría generar un cuello de botella y afectar el funcionamiento del IMSS?
–El IMSS va a acatar las normas. Estamos iniciando los estudios de mercado para la compra de medicamentos de este año y Hacienda participa como testigo, dando directrices, abriendo las licitaciones internacionales. En eso pido ayuda y entre más ojos haya, mejor. Con la SHCP se liberarán más rápido los pagos a los proveedores. El IMSS hará los requerimientos y ellos (Hacienda) pagarán.
Cuotas incompletas
–¿Hay robo en las compras, moches?
–Sí, y descubrí que la primera zona de corrupción es que no se pagan las COP completas. Con discursos no puedo sacar adelante los hospitales derruidos. Necesito un dinero que no llega porque se subvalúan las COP y de eso no se hablaba. Por eso la propuesta que llevé a la Cámara de Diputados.
–Ya existe una iniciativa que se quedó atorada en el Senado y convenios entre el IMSS y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) para evitar la evasión...
–Sí, pero mi propuesta es mejor porque incluye conceptos que en los trabajos se agregan como parte del salario del trabajador para obtener beneficios en el pago del impuesto sobre la renta, pero no se reportan como COP al IMSS. Hay una simulación y se va a terminar.
Es parte de mi labor en el IMSS. Es la verdadera tarea de redistribución del ingreso que plantea el presidente López Obrador para alcanzar la igualdad y progreso con justicia.
–¿ Y en la compra de medicinas?
–Primero, recaudar bien, y luego gastar bien. Hay problemas, pero no en el IMSS, sino en el sector salud, porque la compra está fragmentada. Además tenemos que ser creativos y buscar alternativas, como separar la compra de la distribución. Me interesa comprar la leche de Liconsa y apoyar a comunidades indígenas con contratos para la fabricación de la ropa quirúrgica. Ya lo hicimos con el Grupo Maquila de Ropa de la Tarahumara en Chihuahua y habrá otros contratos en Michoacán y Oaxaca donde hay talleres de confección. El poder de compra del Estado genera beneficios sociales.
–¿Qué pasa con la reconstrucción de hospitales?
–Estuvo atorada. Vamos a resolver lo del Hospital Regional 25 en Iztapalapa. Hay dos dictámenes. Uno dice que se debe demoler y el otro que se pueden derruir los tres pisos superiores y dejar los de abajo. Como sea, en este año se pondrá en marcha el servicio de urgencias. Lo mismo en Puebla con el hospital San Alejandro. Se cerró, pero no avanzó la construcción de una obra que se compró y, mientras, las unidades médicas vecinas están colapsadas por la sobredemanda de atención.
–¿Cuántas plazas se van a recortar para cumplir con la austeridad?
–Hay una meta de ahorro de 4 mil 200 millones de pesos; el director de Administración aplicó un plan en el Issste y lo trae al IMSS. Prevé que en seis meses se concreten cambios, como diferenciar las funciones de cada área para una mayor eficiencia; transformar y adelgazar las delegaciones en un proceso con certeza jurídica y bajo la supervisión de notario público. Vamos a fortalecer el IMSS Bienestar como parte del plan para garantizar servicios y medicamentos gratuitos a las personas sin seguridad social.
–¿No ha llegado el dinero del Seguro Popular?
–La orden del Presidente que conoce Hacienda y la Secretaría de Salud es aplicar ese dinero público. Ya identificamos clínicas y hospitales que va a operar IMSS Bienestar y están en elaboración los convenios con los gobernadores de Guerrero, Tabasco, Oaxaca y Chiapas, a fin de que se transfieran los recursos del Seguro Popular como pago por los servicios que daremos.
–¿Seguirán los proyectos de asociaciones público privadas para construir hospitales?
–No. Es un esquema caro y poco claro. Dos de los cuatro contratos firmados están suspendidos. Las empresas no comprobaron que cuentan con los fondos para realizarlos: Tepozotlán, estado de México, y García, Nuevo León. Los otros dos están avanzados: Bahía de Banderas, Nayarit, y Tapachula, Chiapas. Vamos a ver cómo los retomamos porque en el IMSS no se harán negocios de saliva y menos con empresas cuyo departamento de litigio es más grande que el de ingenieros. Desconfío de eso. Lo cierto es que el déficit en camas y personal médico y de enfermería es un reto enorme.
–¿Qué les dice a quienes cuestionan que entre sus colaboradores hay panistas ajenos al proyecto del gobierno de López Obrador?
–Lo niego categóricamente. No hay ningún militante del PAN. Hay algunos ex panistas en las delegaciones que participaron activamente en la campaña de Morena. Mi pasado lo dejé atrás. Aquí estoy construyendo un futuro y no tengo lazos ni complicidades con nadie. Al contrario, quité a la CTM –que no es parte del proyecto de Morena– de la secretaría general del IMSS donde llevaba 50 años.