Cultura
Ver día anteriorMartes 29 de enero de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Nocturno de San Ildefonso, memoria poética de la impronta del Centro Histórico en la obra de Paz

En sus versos rememora sus años de estudiante en Ciudad de México y se explica la forma en que ese escenario marcó la escritura del Nobel de Literatura

Foto
▲ Los pasillos del Antiguo Colegio de San Ildefonso.Foto Fabrizio León y Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Martes 29 de enero de 2019, p. 5

El antiguo barrio universitario del Centro Histórico capitalino marca parte de la obra del Nobel mexicano Octavio Paz.

Tiempo, historia y muerte, además de la juventud del poeta y ensayista, reverbera en el poema Nocturno de San Ildefonso (1976), que rememora y reflexiona su vida como estudiante en la Escuela Nacional Preparatoria, en los años 30.

El texto de Octavio Paz (CDMX, 1914-1998), publicado en forma artesanal en 1971 y luego en 1976 con el sello Seix Barral, reúne en forma poética las vivencias del también diplomático en las calles del Centro de Ciudad de México como el preparatoriano y el maduro escritor ya integrante de El Colegio Nacional.

Como explica en un artículo el investigador vasco Ramón Cao Martínez, en esta obra, Paz escribe “la ciudad como pasado que pervive y como cambio permanente, constituye una viviente lección de historia y ella misma se convierte en metáfora de la historia.

“El poeta –al contemplar la Ciudad de México– descubre la pervivencia del pasado histórico plural de la ciudad. Así, la huella de la arquitectura colonial española –ejemplificada en el Colegio de San Ildefonso– constituye un pasado viviente. Pasado que aflora gracias a la virtud vivificante de la noche, hora propicia a la emergencia de lo reprimido.”

El poema es definido como el recuerdo de su despertar intelectual y las inquietudes que animaron a su generación alentado por los fantasmas que rondan el sueño. En una caminata nocturna, la poesía revela los signos del tiempo y de la memoria para rendirse a una inquietud quizá más poderosa y antigua: la noche.

Poesía en escena

Parte de ese espíritu impregnado en Nocturno de San Ildefonso fue retomado en la obra Nocturno: homenaje escénico a Octavio Paz, que se desarrolló a finales de 2017 en espacios del Centro Histórico que fueron emblemáticos para él y en el contexto de la conmemoración de los 20 años de su fallecimiento (La Jornada, 4/11/17).

La propuesta escénica se realizó en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, El Colegio Nacional y las cercanías del Templo Mayor, sitios emblemáticos para el autor de El laberinto de la soledad e inusuales para un espectáculo de ese tipo.

En el recorrido dirigido por Agustín Meza, de la Compañía de Teatro El Ghetto, se refirió el poema para lograr una especie de ensalmo que trasladaba a otro tiempo, a través del mundo y las reflexiones del poeta, con música en vivo.

Foto
▲ El poema, escrito en 1976, reflexiona sobre la vida de Octavio Paz como estudiante en la Escuela Nacional Preparatoria, en los años 30. Sobre estas líneas, el escritor captado en 1989 en la biblioteca de su casa.Foto Fabrizio León y Guillermo Sologuren

El muchacho que camina por este poema, / entre San Ildefonso y el Zócalo, / es el hombre que lo escribe: / esta página / también es una caminata nocturna. / Aquí encarnan / los espectros amigos, / las ideas se disipan; así dice un verso de Paz que prologó con exactitud el paseo iniciado a un costado del Templo Mayor y en las cercanías de la Catedral Metropolitana.

Los siguientes escenarios fueron escalinatas en San Ildefonso y El Colegio Nacional, así como el techo de este último recinto.

En la primera escalera, los actores recrean una escena casi onírica: una mujer corre en su lugar tras un faro, alguno pasea en un triciclo y una mujer recita el poema.

En El Colegio Nacional, que publicó Nocturno de San Ildefonso en 2017, concluyó esta presentación en Ciudad de México.

El montaje tiene la cualidad de la simpleza, con escenarios de pocos elementos y la iluminación natural de los sitios arquitectónicos que lo albergan: en este caso, una especie de estrado en la cima del edificio.

Posteriormente, la puesta escénica recorrió entre mayo y agosto locaciones en Ensenada, Tijuana, Morelia, San Luis Potosí, Querétaro y Guadalajara.

2

Calles vacías, luces tuertas.
En una esquina,
el espectro de un perro.
Busca, en la basura,
un hueso fantasma.
Gallera alborotada:
patio de vecindad y su mitote.
México, hacia 1931.
Gorriones callejeros,
una bandada de niños
con los periódicos que no vendieron
hace un nido.
Los faroles inventan,
en la soledumbre,
charcos irreales de luz amarillenta.
Apariciones,
el tiempo se abre:
un taconeo lúgubre, lascivo:
bajo un cielo de hollín
la llamarada de una falda.
C’est la mort –ou la morte…
El viento indiferente
arranca en las paredes anuncios lacerados.

Fragmento de Nocturno de San Ildefonso, de Octavio Paz, poema incluido en Obras Reunidas, colección editada por el FCE, con cuya autorización se publica