Tulancingo, Hgo., En su segundo recorrido por zonas con fuerte presencia de huachicoleros, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a los ciudadanos que le ayuden a orientar, y no condenar, a quienes se dedican al robo de combustibles por necesidad.

Hay mucha gente que está planteando que se les juzgue, y hasta se trata de justificar la tragedia ocurrida en Tlahuelilpan el viernes pasado, por la explosión de una toma clandestina en un ducto de Pemex. Ningún ser humano merece un castigo así. Esta tragedia, subrayó, enlutó a Hidalgo y al país, y decidimos estar aquí para dar respuesta a una actividad ilícita y muy peligrosa.

Desde el estado de beisbol de este municipio, envió un mensaje a las miles de personas que por necesidad se dedican al robo de combustibles: les digo ahora que ya no van a requerir trabajar en eso, porque el gobierno les va a garantizar el derecho al trabajo y al bienestar por medio de los Programas Integrales de Desarrollo, cuyos apoyos llegarán de manera directa, sin intermediarios.

Tanto en este municipio como en Huauchinango, Puebla, donde estuvo cerca del mediodía, López Obrador explicó que cuando llegó a la Presidencia y recibió los reportes sobre ese delito, no podía quedarse “sin hacer nada… si no, me iba a convertir en cómplice de la corrupción… Dije: se acabó, ya no va a haber huachicoleo ni arriba ni abajo. Se acaba la corrupción”.

Recordó que en los informes que le entregaron destacaba el robo de combustible equivalente a mil 100, mil 200 pipas diarias, porque no es el que utiliza una toma clandestina para llevar un recipiente de 20 litros, de 40, es una organización o varias organizaciones que hurtan hasta pipas completas, tienen bodegas de almacenamiento.

Incluso, mencionó, se permitió que por donde pasan los ductos, que es derecho de vía federal, se construyeran bodegas, almacenes. Y ahí, con tomas clandestinas, llenaban autotanques para la distribución de combustible robado. El gobierno, insistió, no estaba hecho para beneficiar al pueblo, sino para facilitar el saqueo en beneficio de una minoría. Eso ya se terminó.

Ahora –dijo– se apoyará como nunca al pueblo. “Este es un movimiento de todo un pueblo, ¿por qué llegué a la Presidencia?, porque el pueblo me apoyó, me apoyó la gente. ¿O me apoyaron los de arriba? –preguntó. ¡Nooo!, se escuchó al unísono en el estadio. “No les voy a fallar. Estoy muy consciente de mi responsabilidad histórica.

“Les pido nada más que no perdamos la fe, las esperanzas y que me tengan un poco de paciencia, porque me dejaron todo muy enredado y un cochinero que debemos limpiar… Pronto se van a notar más los cambios”, sostuvo. Y luego, ante miles de personas que lo acompañaron en los dos municipios que visitó, pidió que se le ayude a convencer a los que por necesidad se dedican a la ordeña de ductos para que se dé la espalda al robo de combustibles.

En Tulancingo, reconoció al gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, quien fue abucheado durante su discurso. Resaltó que este momento, más que ningún otro, es para la unidad. “El único partido que debe interesarnos frente a estas circunstancias se llama ‘el pueblo de México’”, advirtió. Fayad expresó en su oportunidad que en la tragedia en Tlahuelilpan hubo una combinación de ambición, ignorancia y necesidad.