Madrid. Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), que en México opera el mayor grupo bancario, BBVA Bancomer, consideró que después del ruido político tras el triunfo arrollador de Andrés Manuel López Obrador en los comicios del primero de julio, y una vez iniciada la nueva administración, hay señales positivas para ser relativamente optimista sobre el futuro del país.

Entre las señales positivas destacó, sobre todo, la garantía sobre la independencia del Banco de México (BdeM) y, por tanto, de la política monetaria del país, así como la aprobación de un paquete económico para 2019 que da una señal positiva de prudencia fiscal.

Juan Manuel Ruiz, economista en jefe para América del Sur del BBVA y uno de los mayores expertos de la entidad financiera sobre la región, explicó a La Jornada algunas de las conclusiones que han sacado en estos meses de turbulencia política en México y que ha generado dudas sobre el futuro de la economía del país.

En el contexto de su participación en un seminario sobre inversión extranjera en España, organizada por el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), celebrado en la Casa de América, el propio Ruiz aseguró ante representantes de la iniciativa privada española que el gobierno de AMLO está dando señales positivas en relación con el manejo macroeconómico, mientras que ha generado algunas dudas en cuestiones relacionadas con la microeconomía.

Todos somos conscientes del ruido que hubo al principio de la administración actual de Andrés Manuel López Obrador, quizá la propuesta más paradigmática fue la paralización de la construcción del nuevo aeropuerto. Pero a pesar de ese ruido político, nuestro diagnóstico es que las señales que ha habido después en relación con el manejo macroeconómico son positivas. Ha habido señales como respetar la independencia del Banco de México, su manejo de la política monetaria y la propuesta de presupuesto para 2019, que dio una señal positiva en términos de prudencia fiscal. Por el lado macro las señales han sido positivas, advirtió.

También reconoció que a pesar de la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco, las señales también son positivas tras las propuestas presentadas de proyectos de infraestructura con una alta rentabilidad económica y social.

Advirtió de algunos riesgos, sobre todo en cuestiones micro: El otro lado de la balanza estaría más en las políticas micro, en las que creo que sí ha habido un poco más de dudas, como el asunto de los impuestos diferenciados en la frontera norte y también sobre medidas que puedan afectar a largo plazo. Y me refiero a las reformas estructurales que necesita el país y la cancelación de la reforma educativa, que puede ser un ejemplo de las dudas que genera en qué dirección vamos a avanzar en términos educativos en México. O cancelar las subastas de prospección petrolífera que estaban pendientes.

Ruiz analizó también la coincidencia en el poder de dos personajes antagónicos como López Obrador en México, caracterizado por su vocación progresista y de justicia social, con el brasileño Jair Bolsonaro, de extrema derecha. “La llegada al poder de AMLO y de Bolsonaro da cuenta de la tendencia cada vez más creciente en América Latina de la insatisfacción del electorado con el crecimiento de la corrupción. Yo creo que está muy bien que estemos hablando de corrupción en América Latina, es algo que se tenía que destapar. El problema de centrar las campañas electorales en un solo tema, como es el de la corrupción, es que puede dar lugar al surgimiento de candidatos que sean outsiders políticos, que traigan una agenda única centrada en la corrupción y que pierdan de vista otros temas que también son importantes”.