Madrid. La guerra de los taxistas contra las plataformas multinacionales Uber y Cabify provocó un colapso del tráfico en Madrid y Barcelona, que por segundo día consecutivo vivieron el bloqueo de sus principales avenidas, infraestructura, como aeropuertos y estaciones de tren, y la ausencia total de taxis regulares en las calles.

En la capital española se vivió el conflicto con especial dramatismo, pues estos días se lleva a cabo una de las ferias anuales más importantes: la Internacional de Turismo (Fitur), a la que fue difícil acceder por el bloqueo de calles aledañas al inmueble y al aeropuerto internacional Adolfo Suárez.

El sector del taxi en España representa algo más de 70 mil automóviles con licencia, la mayoría concentrados en las dos grandes ciudades del país: Madrid y Barcelona. Cuando entraron en escena Uber y Cabify, las autoridades autorizaron el incremento de las licencias para vehículos de transporte con conductor (VTC).

Actualmente, se calcula, circulan en esas dos urbes algo más de 15 mil VTC, provocando, a su vez, una movilización sin precedente en el sector, que cada día sube de tono las movilizaciones y advierte sobre una huelga indefinida.

Las negociaciones que han abierto las autoridades centrales y autonómicas, tanto con el sector del taxi como con los VTC, han culminado sin éxito. Con las reivindicaciones intactas de unos y otros, sin que ninguna de las partes ceda un ápice en su postura.

Con este panorama se inició la huelga indefinida del sector del taxi hace dos días, que afectó sobre todo a Barcelona y Madrid. En el caso de la capital catalana, el gobierno autonómico, presidido por el nacionalista Quim Torra, anunció un preacuerdo con el sector del taxi, en el que se contempla exigir a los VTC que la contratación de su servicio se tenga que hacer con al menos una hora de antelación. La respuesta de Uber y Cabify fue advertir que si los someten a esas restricciones, entonces dejarán de operar en esa ciudad.

En la capital española los taxistas colapsaron las principales avenidas, sobre todo las calles aledañas al aeropuerto, el centro histórico y las inmediaciones del recinto ferial de Ifema, con el objetivo de bloquear los accesos durante la celebración de la feria anual de turismo, a la que acuden cada año autoridades de todo el planeta para analizar el futuro del sector y mostrar las particularidades de sus regiones.

Los taxistas en Madrid hicieron una protesta en forma de marcha a baja velocidad por las principales calles de la ciudad, centrándose de nuevo en las avenidas aledañas al Ifema, lo cual provocó que muchos participantes en la feria –entre ellos numerosos representantes de gobiernos municipales, estatales y federales de México– tuvieran que llegar caminando al recinto. De hecho, se observó a viajeros que cargaban sus maletas por avenidas de alta velocidad cercanas al aeropuerto o al Ifema que intentaban llegar desesperados a sus lugares de destino.

El sector del taxi considera que se trata de competencia desleal, ya que los VTC no tienen que pagar la licencia de vehículo –que ronda 100 mil euros (2 millones 300 mil pesos) y además son sometidos a restricciones benévolas.

Durante las protestas se reportó el atropello de un taxista, quien intentó cerrar una importante avenida. Según la versión de los taxistas, fue arrollado por una persona que conducía un VTC, quien habría sido detenido minutos después en las inmediaciones del aeropuerto.

El sector del taxi advirtió que continuarán las movilizaciones, y si no hay respuesta intensificarán la presión.