Ayer, México industrializado // Hoy, República maquiladora
quel sueño –años 60, 70 y 80– de convertir a México en una potencia industrial, la primera en Latinoamérica, terminó en mera República maquiladora, que en nada ha contribuido al despunte económico ni a elevar el bienestar de los mexicanos.
Es tal el grado de dependencia industrial, que los exportadores deben primero importar buena parte de los componentes del producto comercializado para poder venderlo allende nuestras fronteras, con lo que es la industria foránea la verdadera beneficiaria.
De acuerdo con el Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, la actividad industrial de nuestro país ha mantenido una desaceleración desde 2015. Incluso, en los pasados tres años su evolución ha sido apenas marginal, al no conseguir una tasa de variación superior a un punto porcentual.
Ello ha dejado a las actividades terciarias como el único motor de crecimiento para la economía mexicana, las cuales podrían mostrar afectaciones en su desempeño al finalizar enero.
En noviembre pasado la industria de nuestro país culminó con un decrecimiento de 1.3 por ciento en términos anuales, debido a que los aumentos en las manufacturas (1.4) y la generación de energía eléctrica y suministro de agua (0.8) fueron insuficientes para compensar las caídas registradas por la minería (8) y la construcción (3.3). En términos acumulados, de enero a noviembre la actividad industrial mostró un avance anualizado de 0.4 por ciento, cifra que resultó mejor que –0.3 reportado en 2017, pero ligeramente inferior a 0.5 logrado en 2016.
Comparado con el desempeño de 2017, la mejora de la industria nacional durante los primeros 11 meses de 2018 se debió a que sólo la minería se ubicó en terreno negativo (5.2), mientras la generación de energía eléctrica y suministro de agua (2.4) y la construcción (1.1) lograron tasas de variación favorables.
En el caso de las manufacturas (1.8), también consiguieron resultados positivos, aunque de una magnitud significativamente inferior a la observada durante el mismo periodo de 2017 (3.1), situación atribuible al menor dinamismo que las manufacturas de exportación exhibieron durante el último trimestre del año pasado.
El subsector de las manufacturas, que presenta la situación más crítica, es el de la fabricación de productos derivados del petróleo, que acumuló una pérdida anualizada de 17.6 por ciento de enero a noviembre del año pasado.
Otras actividades que mantienen una situación complicada son la industria química, que reportó un crecimiento acumulado negativo de 0.5 por ciento, e incluso la fabricación de maquinaria y equipo y la fabricación de equipo de transporte, que si bien mantuvieron un balance positivo su desempeño fue considerablemente menor en comparación con los resultados que alcanzaron durante 2017.
El combate al robo de combustibles no podía retrasarse más, y al final del día deberá realizarse un balance para conocer si los beneficios obtenidos serán suficientes para compensar las pérdidas. La estrategia provocó desabasto de gasolina (en realidad la ausencia de huachicol fue el catalizador), situación que se ha traducido en mermas económicas considerables, pues de acuerdo con la Concanaco, Ciudad de México, estado de México, Querétaro, Guanajuato y Michoacán reportaron en conjunto pérdidas por cerca de 4 mil millones de pesos.
Las actividades más afectadas han sido comercio, servicios de alimentos (restaurantes), mensajería y logística y trasporte, las áreas de mayor peso dentro del sector terciario. De esta forma, dichas actividades reflejarán un ajuste a la baja importante en su desempeño económico durante el primer mes del año en curso, escenario que podría extenderse en tanto permanezca sin solución el problema del desabasto de gasolina.
Las rebanadas del pastel
Dice el presidente de la Concamin, Francisco Cervantes Díaz, que es una pena
que empresas privadas participen en el huachicoleo. Ajá, pero debe entender que no es una cuestión sentimental, sino de delincuencia y de daño a la nación.