Los recursos recuperados por el gobierno federal a partir de la estrategia contra el robo de gasolinas equivalen a los costos operativos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y representan una tercera parte de la necesidad de financiamiento externo que tiene la empresa este año, calculó ayer la calificadora de inversiones Moody’s Investor Services.

Citó cifras del gobierno federal, de que el robo de gasolinas a Pemex disminuyó de 80 mil barriles diarios antes del inicio de la estrategia de combate –en la última semana de diciembre– a un nivel actual de 2 mil 500, reducción de 97 por ciento.

En años recientes, apuntó, el robo de combustibles costó a Pemex unos 60 mil millones de pesos en ingresos anuales.

Si el cierre de ductos da como resultado una solución más permanente al robo de combustibles, los 3 mil millones de dólares en ingresos adicionales recuperados irán directamente al flujo de efectivo de Pemex, dado que actualmente sus costos operativos son comparables con el valor del combustible robado y superan ligeramente 2 mil 800 millones de dólares (56 mil millones de pesos) en nueva deuda neta que la compañía estima que contratará en 2019, añadió.

Pemex requiere acudir a los mercados de crédito por 9 mil 400 millones de dólares en 2019 para financiar 6 mil 600 millones de dólares en vencimientos y contratar nueva deuda, dijo Moody’s.

Los 3 mil millones de dólares en efectivo de recursos recuperados por abatir el robo de gasolinas representarían una tercera parte, 32 por ciento, de las necesidades de financiamiento externo de Pemex en 2019, apuntó.

Mantiene la previsión de crecimiento

El impacto de la escasez de combustibles en la actividad económica se normalizará durante el año, a menos que la interrupción se extienda más que unas semanas y debilite significativamente la confianza empresarial y del consumidor, comentó.

Detalló que la escasez de combustibles en las estaciones de bombeo es más aguda en Ciudad de México y estado de México, así como en Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Hidalgo y Michoacán, que en conjunto representan 40 por ciento de la producción económica y de la población total del país.

Esas regiones contienen algunos de los sectores más productivos de la economía, incluidas las plantas de fabricación de automóviles, fuente importante de ingresos de exportación, recordó.

Las empresas más vulnerables a las interrupciones en el suministro de combustible incluyen las de servicios al consumidor, particularmente en los sectores de restaurantes, alojamiento y ocio, por lo que la pérdida de ventas será difícil de recuperar, incluso después de que haya terminado la escasez.

Se beneficiarán las finanzas estatales

Moody’s consideró poco probable que la interrupción del suministro de gasolinas reduzca el conjunto de ingresos disponibles para transferencias federales, dado que los estados continuarán recibiendo su correspondiente proporción del impuesto al combustible.

Por otro lado, comentó, si la estrategia del gobierno es efectiva para reducir el robo de combustibles, las participaciones podrían aumentar como resultado de una mayor recaudación del impuesto especial de producción y servicios (IEPS), contribución al consumo sobre las ventas nacionales de gasolinas, añadió.

Según Moody’s, la recaudación del IEPS, que representa 10 por ciento de las participaciones federales a los estados, podría aumentar 9 por ciento sobre una base anual si continúa la disminución del robo de combustibles.