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Al sector café la 4T le dio Fernando Celis Callejas Se comprende que haya restricciones al elaborar un presupuesto conservador, a fin de no aumentar el déficit fiscal y considerando que el mayor monto de dicho presupuesto se destinará a cubrir el costo financiero del fuerte aumento de la deuda pública y sus mayores tasas de interés. Lo que no se comprende, y de hecho resulta extraño, es lo que desde la Secretaria de Hacienda se planteó como presupuesto y programas que se aplicarían vía la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader). Lo que no se comprende es el abandono del sector café, un sector del que dependen 500 mil productores, muchos de ellos indígenas quienes producen café en zonas no aptas para otros cultivos. Teníamos la impresión de que los nuevos programas prioritarios de la Secretaría de Agricultura (para los que se estimaba necesario un monto de 20 mil millones de pesos) contarían con recursos que saldrían de la austeridad y la reorientación del presupuesto público. Resultó sorpresivo que a la nueva Sader se le asignaran alrededor de 57 mil millones de pesos en total, que incluían los recursos para esos nuevos programas, a costa de desaparecer programas y reducir fuertemente los recursos para las cuestiones de sanidad y otros. En este reajuste el programa de fomento a la producción de café (Procafé, también llamado PIAC) disminuyó en 55%. La Cámara de diputados aprobó un aumento para varios programas, pero no para el de la producción de café. Se ha estado diciendo que se reorganizará el funcionamiento de la antigua Sagarpa y hoy Sader, lo que no se ve tan fácil, ya que en los últimos años esta dependencia fue una mezcolanza de funcionarios corruptos (no todos) y disputas entre las áreas por los recursos; de privilegios y apoyos a las grandes empresas agroalimentarias y de negociaciones clientelares e intercambio de favores y recursos entre funcionarios y representantes de organizaciones campesinas, bajo la cobertura de los “bloques campesinos” y sus prioridades. En el 2015 se asignaron a la Sagarpa 92 mil millones de pesos y fue evidente el manejo clientelar ante las elecciones de diputados de ese año. En ASERCA estaba Baltasar Hinojosa que después se fue a su campaña para gobernador dejado “adeudos” por 13 mil millones de pesos. Recordamos que todavía en el 2017 se retrasó el ejercicio de los recursos para el café, porque, explicaban, seguían los “adeudos”. Además, las oficinas eran tomadas con frecuencia por organizaciones que reclamaban que “les debían recursos”. Se manejó que se entregaran las solicitudes de apoyo del PIAC en enero de 2018 y que los recursos se entregarían antes de las elecciones. Para el café la Sagarpa estuvo manejando en los 3 últimos años alrededor de 850 millones de pesos para la renovación de cafetales vía el PIAC, en apoyo de unos 140 mil productores de café, apenas un 30% de los productores que hay en el sector. En estos años se redujo fuertemente la producción de café por el hongo de la roya y en el ciclo 2015-16 se cayó hasta los 2.2 millones de sacos (60 kilos) contra los 4.5 que se producían en los años previos. Antes de las elecciones de julio del 2018 regreso Baltasar Hinojosa a la Sagarpa y ocurrió lo mismo: se dio prioridad en los apoyos a las regiones norteñas del país. Los recursos para el café se entregaron hasta fines del año. La experiencia en estos años fue el gran retraso en la entrega de recursos, fuera del tiempo del ciclo agrícola del café. Para el presupuesto público del 2019, desde abril y mayo del 2018, en diversos foros se le planteó al actual secretario de la Sader, Víctor Villalobos, que para la cosecha 2018-2019 que iniciaría en octubre se calculaba una fuerte reducción de los precios del café, tal como está ocurriendo. Desde el sector productor y desde las diferentes organizaciones se consensó demandar un apoyo fiscal compensatorio por 1,800 millones de pesos para otorgar 2,000 pesos por hectárea hasta 500 mil hectáreas y 400 pesos por quintal comercializado y hasta 2 millones de quintales. Los precios actuales de un quintal de pergamino (57.5 kilos) están en alrededor de 1,500 pesos y los productores requieren cuando menos de 3,000 pesos por quintal. Con una cosecha de unos 5.5 millones de quintales (4.2 millones de sacos) los productores perderían alrededor de 8,250 millones de pesos. Es una situación gravísima después de 5 años de fuertes perdidas por el hongo de la roya. Por otra parte, para aumentar el número de productores que recibirían apoyos para la renovación de cafetales (PIAC) se demandó que se asignaran 1,200 millones de pesos. Fue enorme la sorpresa cuando finalmente solo se aprobaron 356 millones de pesos. Se pensaba que de programas como producción para el bienestar y agromercados sociales podrían salir recursos adicionales, pero vemos que ya están asignadas cuotas por hectárea a cultivos básicos. Causó mucho ruido e inconformidad en el sector productor que, junto al anuncio de una inversión de la Nestlé de una nueva planta de café soluble en Veracruz, el gobierno de este estado (se entiende que en acuerdo con la Sader) manejó que se promoverán hasta 80 mil hectáreas de café robusta e iniciarían con 20 mil. El gobierno del estado vería lo de los predios, informaría y organizaría a los nuevos productores, se darían subsidios para el costo de las plantas de café y se gestionarían créditos de avío agrícola y refaccionarios. Considerando las 20 mil hectáreas el costo de la planta no sería menor de 200 millones de pesos. Desde la Sader y el gobierno de Veracruz se está diciendo que la mayor producción de robusta no afectaría el precio de los arábigos cuando es evidente que la creciente producción de robusta es una de las causas de la baja de los precios tanto de robustas como de arábigos. Los bajos precios del café, la falta de una respuesta a la demanda de un apoyo fiscal compensatorio, la fuerte disminución del presupuesto público para el café, el anuncio de los subsidios para las nuevas plantaciones de café robusta y el que no se tengan reuniones de los funcionarios de mayor nivel de la Sader con el Sistema Producto Café Nacional y las organizaciones nacionales de productores de café genera mucha incertidumbre. La cafeticultura mexicana tiene un padrón de no menos de 500 mil productores y 675 mil hectáreas con café, (el mayor padrón de productores después del de maíz), alrededor del 85% son indígenas en regiones donde es difícil tener otros cultivos y se han hecho grandes esfuerzos para renovar los cafetales después de las afectaciones del hongo de la roya. Además, el cultivo de café con sombra diversificada proporciona beneficios ambientales como la protección de la biodiversidad y de las cuencas hidrológicas, entre otros. Es necesario que se rectifique lo relativo al monto presupuestal para la Sader y se asigne todavía un monto adicional. En el caso del café es importante fortalecer la parte productiva y, previa depuración con los apoyos a través de organizaciones, manejar conjuntamente la producción de plantas de café, la asistencia técnica y la fertilización. Es necesario apoyar para un mayor asociacionismo de los productores de café y que avancen en mejorar el beneficiado, la calidad y la comercialización de su café en los mercados especiales de mayores precios, como los de comercio justo, orgánicos, alta calidad, orígenes, entre otros. En conclusión, podemos decir que en el caso del café es urgente un mayor diálogo y acuerdos con el sector productor y sobre esto es muy importante una respuesta positiva a la petición de un apoyo fiscal compensatorio por los bajos precios, un aumento para el fomento productivo del café y que no se otorguen subsidios para aumentar las plantaciones de café robusta.
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