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La desaparición del elefante africano Marina Cano Fotógrafa de fauna y naturaleza [email protected] El marfil junto con la pérdida y fragmentación del hábitat son los peores enemigos del elefante africano. El consumo y la demanda de este hueso por parte de China y el Sudeste Asiático hacen que el precio del marfil, una vez que llega a Asia, sea de hasta 10,000 euros. En ese viaje, además de las muertes de elefantes, hay una red organizada de cazadores furtivos; incluso, se puede hablar de que el tráfico de marfil se ha militarizado, especialmente en los países sacudidos por la violencia y la inestabilidad. La población estimada de elefantes en África era de entre 450,000 y 650,000 hace 8 años; a día de hoy se estima que hay 350,000 elefantes. Según este ratio de muertes, en el año 2026 aproximadamente, es decir, cuando los niños nacidos alrededor del año 2000 sean adultos con interés y posibilidad de viajar, no encontrarán elefantes en África. Este es el legado, solo en lo que concierne a elefantes, que dejaremos a nuestros hijos. Pero no es sólo el elefante el que está en peligro de desaparecer. Guepardos, rinocerontes, jirafas y otros animales están bajo amenaza constante, ya sea por el comercio de sus cuernos (en el caso del rinoceronte) o simplemente porque sirven de trofeo a cazadores que van a África especialmente a realizar safaris de caza. Asociaciones como Saving the Survivors, David Sheldrick Wildlife Trust, Born Free, Cheetah Conservation Fund y muchas otras, trabajan para erradicar esta situación. Gracias a ellas podemos pensar que hay esperanza y que podemos sumar esfuerzos. Porque cuanto más complicada es la tarea, más personas se suman a la batalla, lo que nos aporta esperanza a todos, quienes vivimos protegidos en este lado de la humanidad y los que viven en permanente vulnerabilidad por razones absolutamente delirantes.
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