No existe una emergencia de seguridad en la frontera entre México y Estados Unidos que justifique un poder autoritario, condenó Adam Isacson, investigador para la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola, por sus siglas en inglés). En un documento el especialista expresó, sin embargo, que lo que existe es una crisis humanitaria que debe ser atendida.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su intento por obtener financiamiento para el muro que desea construir en la frontera sur de su país ha descalificado constantemente la situación en dicha zona, incluso ha llegado a amenazar con declarar una emergencia nacional si no llega a un acuerdo con el Congreso estadunidense para tal efecto.

Adam Isacson expuso en un reporte que el personal de la Wola ha trabajado en la zona límite de Estados Unidos y México desde 2011. “Hemos estado allí docenas de veces (…) y queremos ser lo más enfáticos posible: no hay una emergencia de seguridad en la frontera (…). Lo que sí tenemos en la frontera es una creciente crisis humanitaria, ya que decenas de miles de niños y familias centroamericanas vienen a la frontera cada mes en busca de asilo”, expresó.

Ante ello, expuso, Estados Unidos necesita tomar medidas urgentes para enfrentar esta dificultad humanitaria, sin que ello signifique edificar una gran muralla entre ambas naciones. Construir un muro para lidiar con las familias que buscan asilo es como construir un sendero con caballos para manejar el tráfico de la autopista. Un muro no hace nada para afectar las condiciones que impulsan a las personas a migrar, y no hace nada para afectar el flujo de solicitantes de asilo que se presentan en los puertos de entrada oficiales de Estados Unidos, argumentó.

El especialista de la Wola indicó que en las cinco dimensiones de seguridad en la frontera –terrorismo, pandillas, violencia indirecta, drogas y migración– la situación es tranquila, mejor de lo que ha estado en décadas, de una manera que no puede ser abordada por un muro, insistió.