Martes 15 de enero de 2019, p. 35
La Diputación de Ávila presentará este miércoles en el Palacio de los Serrano un libro con material inédito sobre la vida del abulense Vasco de Quiroga, quien fuera el primer obispo de Michoacán en el siglo XVI y que firma el historiador mexicano Armando Mauricio Escobar Olmedo.
Editada por la Institución Gran Duque de Alba, dependiente de la Diputación, se trata de la obra Don Vasco, el Oidor: Juicio de residencia que Francisco de Loaysa hizo a los oidores Vasco de Quiroga, Juan de Salmerón, Francisco de Ceynos y Alonso Maldonado. México, año de 1536, dedicada al juicio de residencia al que fueron sometidos en el siglo XVI los miembros de la Audiencia Segunda de México, procedimiento por el que los funcionarios rendían cuentas al término del desempeño de su labor en América.
La obra realiza una investigación exhaustiva del proceso que afectó al jurista nacido en Madrigal y que sería conocido como Tata Vasco, desde los mandamientos judiciales que iniciaron el proceso hasta los interrogatorios, pasando por los testimonios que prestaron más de 80 testigos, entre los que se encontraban regidores, encomenderos, alcaldes, gobernadores, frailes, alguaciles, clérigos y hasta el obispo fray Juan de Zumárraga.
El proceso que recoge es la trayectoria de Vasco de Quiroga como jurista, una profesión en la que fue reconocido por su defensa de la primacía del derecho por encima de cualquier otra consideración.
Así, llegó en 1530 a la Nueva España como juez de la Segunda Audiencia y un año después erigió el pueblo-hospital de Santa Fe; fue tal el celo que manifestó en defensa de los indígenas que tres años después fue propuesto como primer obispo de Michoacán, un cargo al que accedió en 1536, luego de haber recibido las órdenes sagradas como clérigo presbítero de la diócesis de Ávila.
El autor, reconocido historiador mexicano especializado en la historia de Michoacán, reproduce partes del texto del proceso, del que se encuentra una copia en el Archivo General de Indias, ya que el original se guardaba en los archivos de la Real Audiencia de México y se ha perdido, de modo que esta obra contribuye a difundir una parte del quehacer de Vasco de Quiroga, de cuya ordenación episcopal se cumplen 450 años en 2019.