El gobierno de Andrés Manuel López Obrador retomará el proyecto para expedir una cédula de identidad para los mexicanos, objetivo truncado en las dos administraciones anteriores.

En el pasado, el plan de la cédula trajo conflictos entre la Secretaría de Gobernación (SG) y las autoridades electorales porque al generar una mica o clave oficial, se dejaría de lado, como identificación, la credencial para votar con fotografía.

Ahora, el subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población de la SG, Alejandro Encinas, expuso el tema ante el Instituto Nacional Electoral (INE).

El presidente del INE, Lorenzo Cordova, ofreció a la SG el potencial del registro electoral y, si fuera necesario, los módulos del organismo a su cargo para expedir la identificación de los menores de 18 años.

El INE es responsable de dotar de la credencial para votar a mayores de edad, de un padrón de 91.2 millones de potenciales electores.

Consultado al respecto, Encinas señaló que ya hay un enlace entre el INE y el Registro Nacional de la Población (Renapo) para hacer un esfuerzo interinstitucional que lleve a generar una cédula de identidad.

–¿Cédula o clave? –se le preguntó en referencia a la segunda alternativa, por la que se optó en la administración de Peña Nieto, ante la imposibilidad operativa y financiera para captar la información biométrica y expedir una mica de identidad.

–Cédula –respondió el funcionario federal.

En entrevista, señaló que si bien la cédula fue un plan que se intentó concretar durante el sexenio calderonista, éste no se hizo de la manera adecuada.

En 1992, recordó, se instruyó la expedición de la cédula de identidad; de ahí que 28 años después estamos analizando el soporte jurídico para hacer bien este proceso.

–Nadie ha podido hacerla (la cédula) –se le planteó.

–Sí se puede hacer, aprovechando la infraestructura del INE y de otras instancias.

Por lo pronto, en diciembre la SG y el INE firmaron un primer convenio de colaboración para el monitoreo de espots y se anunciaron más compromisos, incluido lo relacionado con los mecanismos de identidad. La propuesta inicial es colocar el Renapo como el gran ente del Estado mexicano que sirva de interconexión para validar información personal.

Convenio para la autenticación de datos

Al respecto, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, dijo que un segundo convenio con Gobernación, para firmar en enero, está relacionado con la autenticación de datos de identidad, como ya hace el instituto con los bancos.

Si bien los mayores de 18 años han usado casi por 30 años la credencial para votar como identificación oficial, falta definir qué se hará con los menores.

Es lo que hemos platicado justo ahora, porque la capacidad instalada tanto a nivel territorial como de sistemas informáticos para poder credencializar a menores ya la tenemos, comentó en entrevista realizada en Gobernación.

Hoy, precisó el titular del INE, tenemos una capacidad instalada para producir 32 millones de micas, y se utilizan entre 15 y 16 millones cada año.

Aclaró que para credencializar a menores –si así lo decide la SG– se requiere una base legal, y operativamente el instituto lo podría hacer a cambio de un costo marginal, es decir, sólo el valor de la mica.

Nosotros estamos listos, subrayó Cordova.

Proyecto fallido

A diferencia de otros países, incluidos algunos similares a México como Chile, Costa Rica, Ecuador y Cuba, entre muchos otros, que cuentan con una cédula de identidad, aquí, la obligación del Estado y derecho de los habitantes para contar con una sola identificación oficial válida no se ha concretado.

Hay registros de esta disposición gubernamental desde 1933.

Seis décadas más tarde, el 6 de abril de 1990, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la normatividad que prevé la creación de una identidad ciudadana.

Los ciudadanos tienen la obligación de registrarse en el Registro Nacional de Ciudadanos y expedir el documento que acredite la ciudadanía mexicana bajo la responsabilidad del Estado, se indica.

Sin embargo, han pasado desde entonces casi tres décadas sin que se cumpla ese precepto, que permita tener un solo documento oficial, con datos biométricos, de ahí que los mexicanos se identifiquen como pueden y se admitan distintas vías para la identificación oficial.

La más común –y completa– es la credencial para votar, porque cuenta con datos biométricos, fotografía, firma y datos personales como Clave Única de Registro de Población y domicilio del ciudadano.

Pero también se puede aceptar el pasaporte, la cédula profesional y la cartilla del servicio militar, mientras los extranjeros pueden hacerlo con su forma migratoria.

Adicionalmente, los mexicanos tenemos otros números oficiales, como el de seguridad social o la licencia de conducir.

El mayor problema es para los menores de 18 años, porque las vías de identificación no son completas, salvo el pasaporte, si es que se dispone de este documento. Algunas veces se admite el acta de nacimiento, la cartilla de vacunación o la credencial escolar, pero ninguno de éstos cuenta con datos biométricos completos.

En 2009, según datos oficiales, había 25.6 millones de niños y adolescentes de 4 a 17 años de edad.