Tapón
en centrales de abasto
Viernes 11 de enero de 2019, p. 22
Si el abasto de combustible no se regulariza en los próximos tres días en los estados del centro, todo el país está en riesgo de sufrir un gran problema de distribución y escasez de alimentos
, porque son los principales productores de hortalizas, frutas, granos, lácteos, huevo y cárnicos, advirtió Ramiro de Jesús Cavazos Flores, presidente de la Confederación Nacional de Agrupaciones de Comerciantes de Centros de Abasto (Conacca).
Informó que unas 16 centrales de abasto de nueve estados –incluída la de Ciudad de México (CEDA) que es la más grande de todas y concentra 60 por ciento de las distribución nacional de alimentos– tienen almacenadas 90 mil toneladas de productos perecederos, principalmente verduras, frutas y cárnicos, con riesgo de echarse a perder porque la escasez de gasolina ha generado problemas en el primer y último eslabones de la cadena de distribución y comercialización.
El primer eslabón son los pequeños productores agropecuarios que generalmente tienen camionetas o vehículos pequeños para trasladar sus cosechas a las centrales de abasto, pero que no han podido hacerlo por falta de combustible y lo mismo sucede con el último eslabón, conformado por los pequeños comerciantes que se abastecen en dichos centros para después vender a los consumidores finales en mercados, tianguis y pequeños negocios, dijo el dirigente en entrevista con La Jornada.
Las ventas en las centrales de abasto de Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Puebla, estado de México, Hidalgo, Querétaro, Aguascalientes y la CEDA, alertó Cavazos, se han reducido en 50 por ciento en días recientes, con lo que peligra la distribución de alimentos básicos a la población
ya que toneladas de ellos pueden convertirse en basura, sostuvo el dirigente de la Conacca que agrupa a 66 centrales de abasto.
La zona del Bajío es donde más se está deteniendo el flujo de alimentos, porque primero no están llegando suficientes productos del campo a las bodegas; segundo, la distribución que hacen los comerciantes mayoristas también está siendo afectada, y tercero, los comerciantes detallistas se están ausentando de las centrales de abasto y los productos están empezando a escasear en formatos de comercio tradicional como mercados públicos, municipales, tianguis, fruterías y recauderías, entre otros, además de instalaciones como hospitales y restaurantes
, detalló.
El problema puede generalizarse en todo el país, incluidos los estados del norte y sur del país, porque a pesar de que éstos no han tenido desabasto de gasolinas, son consumidores de los alimentos que se generan en la zona centro, agregó Yadira Escalante, dirigente de la Asociación de Comerciantes de la CEDA. Mencionó como ejemplo que en la víspera un tráiler que surte de alimentos a los restaurantes y hoteles de la zona turística de Cancún tuvo problemas para trasladarse porque las cuatro gasolinerías que se encuentran dentro de las instalaciones de la CEDA, más otras ocho localizadas alrededor, se quedaron sin gasolina y diésel.
No hay escasez ni encarecimiento de precios en las centrales de abasto y por tanto tampoco compras de pánico de alimentos, puntualizó Cavazos Flores. Más bien, dijo, se está generando un tapón
que aumentará más día a día de no solucionarse el abasto de combustibles. La CEDA, considerado el principal centro de distribución del mundo, concentra 40 mil de las 90 mil toneladas de alimentos que están en riesgo, casi la mitad de los que comercializa en un sólo día, manifestó.