París. La policía detuvo la tarde de este miércoles en la capital francesa a Eric Drouet, uno de los líderes de los chalecos amarillos, informó la emisora France Info. Drouet fue detenido cerca de la Plaza de la Concordia por organizar una manifestación no declarada, precisó el medio.

Según la emisora, Drouet y medio centenar de personas más acudieron a la Plaza de la Concordia para encender velas en apoyo a los heridos durante las protestas de los chalecos amarillos. Junto con el líder, quien ya había sido arrestado el pasado 22 de diciembre, fueron detenidos varios manifestantes más, agrega la radio.

A principios del mes pasado la fiscalía francesa abrió una investigación en su contra por llamados a entrar en el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia, que Drouet hizo en declaraciones a una cadena televisiva.

Francia vive desde mediados de noviembre una oleada de protestas de los chalecos amarillos.

Los manifestantes, que visten chalecos fluorescentes, protestaban en un principio por el alza en los precios de los combustibles y los impuestos relacionados, decididos por el gobierno del presidente Emmanuel Macron, pero luego sus reivindicaciones se extendieron a otras demandas sociales.

Las manifestaciones, a las que posteriormente se unieron estudiantes de diversos niveles, han derivado en enfrentamientos con las fuerzas del orden, destrucción de edificios y automóviles, saqueos y otros hechos violentos.

A mediados de diciembre el mandatario francés intentó calmar esta revuelta posponiendo dicho incremento luego de admitir que entendía la ira de los ciudadanos por estas medidas. También anunció 10 mil millones de euros en exenciones fiscales y un aumento en los ingresos de los trabajadores más precarios y los jubilados. Desde entonces, las protestas parecen haber perdido fuerza.

En otro orden, París trataba de minimizar los temores de los ciudadanos frente al nuevo sistema de recaudación de impuestos sobre la renta que podría avivar las llamas de una revuelta.

A partir del primero de enero el Estado francés retendrá un porcentaje en la nómina mensual de los trabajadores, en concepto de impuesto sobre la renta. Este sistema es la norma en varios países occidentales, incluyendo España.

Las encuestas muestran que los franceses apoyan este cambio, pero aún así representa un riesgo para Macron, ya que los trabajadores percibirán menos dinero al final del mes.

Este sistema de recaudación permite ajustar automáticamente lo que se debe al fisco a las variaciones de ingresos y evitar así dificultades en caso de despido. Hasta el año pasado, los franceses pagaban sus impuestos con base en sus ingresos del año anterior.

Durante una visita el miércoles a un centro de finanzas públicas en el norte de Francia, el ministro de Hacienda, Gérald Darmanin, aseguró que este cambio simplifica la recaudación fiscal.

Sobre el eventual impacto sicológico que podría tener esta reforma sobre el poder adquisitivo de los franceses, el ministro dijo que confiaba en el sentido común de los ciudadanos.