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A 30 años del Fonca: controversia y reflexión

La austeridad del nuevo gobierno y la restructuración de la entrega de estímulos a la creación, puntos claves

 
Periódico La Jornada
Jueves 3 de enero de 2019, p. 3

A 30 años de su creación, que se cumplen en marzo, la controversia y la reflexión persisten en torno al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), sobre todo ante el cambio de gobierno federal, cuya propuesta es la austeridad presupuestal. También se espera la restructuración de los estímulos a la creación artística, que se entregan mediante diversos programas y convocatorias; el más relevante es el Sistema Nacional de Creadores (SNC).

Antes de concluir el sexenio de Enrique Peña Nieto, la Secretaría de Cultura federal entregó 200 becas a igual número de artistas por medio, precisamente, del Fonca y el consejo directivo del SNC. Esos estímulos, que representan poco más de 77 millones de pesos anuales, tienen vigencia desde diciembre de 2018 hasta noviembre de 2021.

Cada uno de los 200 becarios recibirá 32 mil 173 pesos al mes durante tres años, sujetos a disponibilidad presupuestal para generar proyectos de excelencia en su disciplina.

La lista de resultados de la convocatoria se divide así: cinco para creadores en el área de arquitectura, 72 en artes visuales (escultura, fotografía, gráfica, pintura, medios alternativos y narrativa gráfica), 23 en composición musical, 12 en coreografía, 17 en dirección de medios audiovisuales, 25 en dramaturgia, 40 en letras y seis en lenguas indígenas. Los nombres de los beneficiarios.

Desde su creación en 1989, los estímulos a la creación han sido objeto de crítica, pero también son reconocidos como mecanismos que permiten el desarrollo de la trayectoria de un artista.

El esquema de becas fue creado por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. En su momento, la crítica principal fue que de alguna manera sirvieron para cooptar a intelectuales y artistas. Sin embargo, el reconocido ilustrador y escritor Bernardo Fernández, Bef, señaló en entrevista con La Jornada que luego de más de 25 años se han ido depurando los procesos de selección y asignación. Para Fernández, quien ha integrado varias veces el comité de selección, los mecanismos de asignación de las becas son transparentes y rigurosos: puedo dar fe de ello.

Parte de la controversia, explica, es que se dice que existen favoritismos o enemigos que se ven beneficiados o perjudicados según tal o cual juez esté en un comité. Pero pienso que en términos generales y a largo plazo el Fondo ha sido un gran apoyo para quien ha sabido aprovecharlo.

La cuestión, continúa Bernardo, es que jamás habrá dinero suficiente para apoyar todos los proyectos que lo merecen. Y el mecanismo de selección siempre será perfectible, pero no es el marranero que se percibe. En todo caso es importante que no desaparezcan y quizá sea bueno transparentar aún más los procesos de selección y calificación de los becarios.

El Fonca se instituyó el 2 de marzo de 1989, apenas iniciado el gobierno de Salinas de Gortari. Esa medida, para el investigador Tomás Ejea Mendoza, fue una decisión política para recuperar la legitimidad perdida en la elección presidencial de 1988, calificada por muchos de fraudulenta.

En el texto titulado El Fonca y el estímulo a la creación teatral (2012), publicado en la página web La isla de Próspero, administrada por Rodolfo Obregón y Rubén Ortiz, Ejea Mendoza apunta que la creación del Fonca no atiende a una efectiva política cultural ni a una verdadera reforma y modernización administrativa.

Agrega que más que generar una instancia capaz de enfrentar y solucionar los problemas de la comunidad cultural, “lo que en realidad se buscaba era darle una apariencia de democratización, tal como dijo el presidente fundador del Conaculta, Víctor Flores Olea: ‘Salinas de Gortari le quería dar a la cultura una cara de izquierda para equilibrar lo que en el plano económico iba a hacer por la derecha’”.

Para el dramaturgo Martín López Brie, hoy las becas terminan siendo modos de subsistencia en lugar de alicientes creativos. El problema no es que las becas sean más equitativas o mejor distribuidas, sino que los artistas (o la mayoría) puedan sostenerse de su trabajo sin necesidad de una beca.

Para López Brie, la competencia es feroz en el ámbito laboral y “las becas se han vuelto una de las pocas maneras de conseguir remuneración por el trabajo creativo, pero alrededor de las prebendas se forman grupos que las acaparan, pues son un día jurados y otro día, beneficiarios. Y el resultado es pésimo para el arte, porque esos grupos tienden a homogeneizar las estéticas que terminan poniéndose de moda porque son el camino para obtener becas.

La estrategia para que ese problema empiece a resolverse está en generar empleos directos para los artistas, así las becas dejarán de ser el único camino y podrán recuperar su verdadera vocación: apoyar a creadores en el desarrollo de sus trayectorias.

La Jornada buscó al nuevo director del Fonca, el escritor Mario Bellatin, para conocer sus comentarios, pero en las oficinas se informó que todo el personal se encuentra de vacaciones hasta el 7 de enero.