Saúl Baby Juárez, como todo boxeador, ha trabajado toda su carrera para llegar a ser campeón del mundo. La madrugada de este domingo lo intentó por segunda ocasión, pero no tuvo éxito. Perdió en Tokio, Japón, por decisión unánime ante el aún monarca en peso minimosca del Consejo Mundial de Boxeo, Ken Shiro.

La diferencia de estatura fue decisiva en la derrota del mexicano. Shiro le lleva casi una cabeza de ventaja y tiene brazos largos para la categoría. Juárez hizo lo que debía: buscó meterse al terreno corto para poder golpear al japonés.

Shiro, sin embargo, es un contendiente hábil, consciente de la ventaja que le da su estatura y supo mantener lejos al mexicano. La victoria fue clara.

Perdí por decisión, una disculpa a toda mi gente; seguiré trabajando para llegar a mi meta, dijo Juárez después de la pelea.

Luchar por una oportunidad y perder es un golpe fulminante, plantea Ganigan López, quien fue derrotado cuando era campeón por el mismo Shiro, a quien enfrentó después en una revancha en la que tampoco tuvo éxito.

Esos golpes destrozan, cuenta Ganigan; trabajas con la esperanza de un día ser campeón del mundo; la frustración no sólo la vive uno como boxeador, sino que también afecta a toda la familia, a tus amigos. Una derrota se comparte.

Ganigan tenía la esperanza de que su compatriota volviera con el cinturón que alguna vez defendió, pero la ventaja de la estatura le preocupaba, además del estilo de Shiro, algo que conoce muy bien tras los dos combates que sostuvo con el japonés.

Shiro es complicado, explica Ganigan; sabe sacar provecho a sus brazos largos, además corre muy bien en la lona para evitar que lo encierren, que es donde se le podría hacer daño, es difícil como boxeador.

También recordó lo difícil que puede resultar pelear tan lejos. Viajan con incertidumbre por la fama de que los jueces suelen favorecer a los peleadores japoneses; además de que emocionalmente quizás están más vulnerables.

Hay detalles que pueden desconcentrar, apunta Ganigan; por ahí también puede estar alguna explicación, pero lo cierto es que no es fácil ir a Japón y ganar.

Shiro además de haber derrotado en dos ocasiones a Ganigan, también venció al sinaloense Pedro Guevara.

Shiro ya se nos complicó demasiado a los mexicanos, ha demostrado que tiene con qué defender su título; nadie puede objetarlo. Lamentablemente para Saúl, que tendrá que empezar de nuevo, concluye.