Ante las protestas y reclamos surgidos entre diversos grupos por la propuesta de asignación del gasto federal para 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió ayer: no voy a ser rehén de nadie. Pero al mismo tiempo dijo aspirar a que ahora el presupuesto se apruebe, no por unanimidad; me generaría sospecha.

Si ello ocurriera, diría yo, ¿qué están haciendo para que sea unánime la aprobación? ¿Qué están negociando? ¿Cuál es el enjuague? Ya se acabó eso.

Y fue más lejos para sustentar su criterio: Yo recuerdo que era secretario de Hacienda (Agustín) Carstens, y en tres años consecutivos (...) sacó el presupuesto por unanimidad. Increíble. ¿Cómo le hizo?, cuestionó enseguida, para poner de acuerdo a todas las fuerzas políticas, a la oposición, a todos. “Sólo en los años recientes hubo una organización que ya no puedo mencionar (Morena) que se opuso con su voto en la Cámara de Diputados a la propuesta presupuestal.

Las declaraciones del jefe del Ejecutivo se dieron a propósito de las manifestaciones realizadas tanto por autoridades públicas como organizaciones ciudadanas ante los ajustes incorporados en su iniciativa de gasto para 2019. Ayer mismo, a la entrada de Palacio Nacional llegaron desde las 5:30 de la mañana varios grupos de manifestantes con el fin de reclamar fondos presupuestales. Entre ellos estuvieron habitantes de Tultepec (bajo gobierno del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y alcaldes de ese mismo partido, también procedentes del estado de México. E hicieron patente su protesta con pirotecnia.

López Obrador insistió: esta vez no habrá “repartos ni moches” y tampoco, dijo, le asustan esas expresiones de inconformidad.

“Ayer, por ejemplo, fueron a mi casa a hacer ahí un plantón. Querían que yo entrara por atrás. Dije: ‘no, yo voy a entrar caminando como siempre’. Les digo con todo respeto que así no es el asunto; aquí se protesta en las plazas públicas. Yo fui opositor muchos años, y nunca fui a protestar frente a la casa de un servidor público. Son cosas distintas’’.

Aclaró, sin embargo, que todas las inconformidades serán atendidas. Enseguida dio ejemplos sobre asignaciones contempladas en el presupuesto para diversos grupos vulnerables, como el caso de las personas con discapacidad, a quienes se destinarán 12 mil millones de pesos.

Consideró entonces que algunas asociaciones están inconformes porque antes recibían los recursos y los repartían. Lo que pasa es que había grupos que negociaban presupuesto para poblaciones diversas y se pulverizaba, se fraccionaba mucho el presupuesto. Ahora ya no va a ser así. No vamos a entregar los apoyos a organizaciones, no van a haber intermediarios. Ese es el fondo (...) se va a entregar de manera directa el apoyo. Esto es un cambio, indicó.

Aunque le impidan entrar a su hogar, recalcó: No voy a ceder, no voy yo a ser rehén de nadie. Y estoy acostumbrado a la protesta, no me espanta, no me asusta y, además, hasta celebro que la gente ejerza sus derechos.

Cuando se aprobaba antes por unanimidad el gasto federal, “¿por qué se lograba ese consenso? Porque era la repartidera del presupuesto. Claro que quedaba el dinero arriba, no le llegaba a la gente, no le llegaba al pueblo. Se autorizaban obras en donde les daban moches, sobornos”, consideró.