Tijuana, B.C., La policía municipal detuvo este martes a Alfonso Guerrero Ulloa, quien la semana pasada encabezó una marcha de alrededor de 250 hondureños que fueron hasta el consulado de Estados Unidos en esta ciudad a pedir a Donald Trump que les permitiera entrar a su país o les pagara a cada uno 50 mil dólares para un retorno con dignidad a Centroamérica.

Guerrero Ulloa fue detenido luego de reñir en el albergue El Barretal, ayer, alrededor de las siete de la mañana, con su paisano Carlos González Valencia. Ulloa, quien entró la semana pasada al consulado estadunidense a entregar una carta con sus demandas a Trump, intentó este martes organizar otra marcha y entró en disputa con miembros de la Caravana Migrante que están en desacuerdo con sus peticiones económicas, que causaron división entre quienes están alojados en El Barretal.

Según su página personal de Facebook, Guerrero Ulloa tiene 30 años en México y estudió historia en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. En la página electrónica Change.org solicita respaldo para que “el gobierno de USA me exonere de la falsa acusación por terrorismo (por un ataque a un restaurante perpetrado en 1987 en Comayagua, Honduras, que dejó seis marines lesionados) y me indemnice”.

Según versiones no oficiales, Ulloa sería entregado a la Policía Federal y posteriormente al Instituto Nacional de Migración.

Asesinan a dos jóvenes hondureños

Dos adolescentes de 16 y 17 años de edad, de origen hondureño y miembros de la Caravana Migrante, murieron estrangulados en la zona norte de Tijuana luego de ser enganchados por una joven que les ofreció sostener relaciones sexuales.

Aunque no portaban identificación, los cuerpos fueron reconocidos por un tercer joven que acompañaba a las víctimas, y a quien los homicidas dejaron salir del inmueble donde se perpetró el doble homicidio porque se comprometió a ir por dinero y trabajar con ellos, según el subprocurador de Justicia en Tijuana, Jorge Álvarez.

El funcionario informó que el asesinato ocurrió en un lugar identificado como un picadero (lugar donde se comercian y consumen drogas), aunque el superviviente aclaró que los muchachos no pretendían consumir estupefacientes.

Los cuerpos fueron abandonados en la vía pública la madrugada del domingo y se les identificó hasta que la tercera víctima presentó una denuncia y la autoridad relacionó los hechos.

Durante la Caravana Migrante han muerto en Baja California cuatro hondureños, los dos del fin de semana, otro por sobredosis y uno más atropellado.