Frente a la intención del próximo gobierno brasileño de cambiar el modelo de financiamiento público para las Instituciones de Educación Superior (IES) y reducir sus presupuestos, el rector de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), Roberto Leher, advirtió sobre el riesgo de que ello derive en un decremento de las actividades de investigación en aquellas áreas que no tienen interés económico en lo inmediato, y en un cambio de la función que tienen estas casas de estudio.

En entrevista con La Jornada también se refirió a las causas que llevaron a la derrota de la izquierda en las elecciones de octubre pasado. Entre ellas, apuntó la pérdida de la comunicación con la población y no haber conseguido que la política económica de los gobiernos del Partido del Trabajo (PT) se transformará en un cambio de las relaciones laborales.

El diálogo con el intelectual de izquierda tuvo lugar durante una reciente visita que hizo a México para buscar acuerdos de cooperación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que permitan la reconstrucción del Museo Nacional de Río de Janeiro, cuyo acervo se perdió en un incendio registrado en septiembre pasado.

La experiencia mexicana es muy necesaria para nosotros por su conocimiento acumulado en antropología y arqueología, explicó el doctor en educación por la Universidad de São Paulo.

A unas semanas de que Jair Bolsonaro asuma la presidencia de su país, Roberto Leher defendió la universidad pública. Destacó los muy buenos resultados que ha tenido en América Latina y recordó, por ejemplo, que gracias a sus actividades de investigación fue posible encontrar las causas y el tratamiento de la enfermedad provocada por el virus del Zika.

Otro logro también muy importante es que la tecnología para la explotación de petróleo en aguas profundas la desarrolló la Universidad Federal de Río de Janeiro, en coordinación con otras IES y centros de investigación, añadió.

En este contexto, el directivo subrayó que modificar el modelo de financiamiento de estas casas de estudio implica una modificación en su función. Reconoció que dichas entidades son caras, pero se trata de una inversión que permite cambiar de forma positiva a una nación.

Utilizar un modelo de financiamiento que da a los alumnos recursos a través de becas, para que ellos los entreguen a la universidad en la que se inscriban, sería un desastre para la ciencia, la tecnología y el desarrollo social, enfatizó Leher.

En la conversación realizada en un restaurante del centro de la ciudad, se le preguntó como intelectual de izquierda que es, sobre las causas por las cuales la derecha ganó las pasadas elecciones presidenciales en su país.

Aunque resaltó que se trata de un tema complejo que ha dejado a los brasileños perplejos y con muchas interrogantes, esbozó algunas líneas de reflexión, entre ellas la falta de prácticas educativas con sindicatos, movimientos sociales y la ciudadanía en general para la formación de un pensamiento crítico y el activismo de los grupos religiosos.

Las becas y programas sociales fueron muy importantes, pero no se planeó una transformación que permitiera la incorporación al mundo del trabajo en condiciones de mayor dignidad, añadió Roberto Leher.

De igual manera, llamó la atención sobre el hecho de que el PT perdió la forma de comunicarse con la población, mientras a través de los medios de información, se impuso la narrativa de que la reducción de los salarios, el desempleo y la precarización del empleo, eran un problema derivado de la corrupción.

Es posible que en la nación haya casos graves de corrupción, pero eso no explica la situación económica de las personas. No son más pobres o con peores condiciones de trabajo por la corrupción, enfatizó el catedrático.

Autor de diversos libros sobre las universidades latinoamericanas, el profesor de posgrado resaltó que los políticos de izquierda y de centro no supieron cómo reaccionar frente a las noticias falsas que se difundieron vía WhatsApp durante la pasada campaña electoral.

El rector de la UFRJ recordó que a 48 horas de los comicios se enviaron millones de mensajes diciendo que el candidato petista, Fernando Haddad, había abusado de una niña o que en las escuelas, el PT enseñaba a los estudiantes a ser homosexuales o a prostituirse. Eran cosas absurdas que, sin embargo, fueron eficaces porque no se les rebatió de manera adecuada.