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Xalapa, Veracruz Sembrando comunidad y Kay Nicté Nava Nasupcialy Universidad Veracruzana Esmeralda Castillo Reyes Secretaría de Educación Pública
En septiembre de 2013 conformamos un colectivo independiente y autogestionado en Xalapa, Veracruz, al que denominamos Red de Huertos Escolares y Comunitarios (rhec). En el colectivo participamos docentes, estudiantes, familiares, hortelanos voluntarios y sociedad civil en general, movidos por la búsqueda del intercambio de experiencias y aprendizajes a través de los huertos en comunidades educativas. Nos organizamos de manera horizontal y flexible para promover la ayuda mutua y el trabajo participativo mediante estrategias como la rotación de roles, comisiones, escucha atenta, espacios de colaboración, apoyo desde nuestros lugares de experiencia, transdisciplinariedad en el intercambio de saberes y un abierto compartir de afinidades, aptitudes y tiempos de nuestros miembros. Además, como rhec, acompañamos a las comunidades escolares interesadas en instrumentar huertos, fomentando el intercambio de aprendizajes y asumiendo que todos tenemos algo que aportar y algo que recibir de los demás. Nuestras actividades permanentes son: una reunión organizativa mensual para planear las actividades futuras y evaluar las anteriores; un taller o tequio mensual enfocado a necesidades específicas de las escuelas; un evento anual denominado “Festival de la Cosecha”, que pretende ser un gran espacio de convivencia e intercambio entre todas las personas que durante el ciclo escolar han participado dentro de la rhec y, finalmente, talleres y charlas que compartimos en diversos espacios a los cuales nos invitan. Todas las actividades que realizamos son gratuitas y procuramos cerrarlas con una convivencia. Nos concentramos en la zona urbana y periurbana de la ciudad de Xalapa, pero hemos creado vínculos y participaciones más puntuales con iniciativas de toda la región centro que han permitido amplificar el espectro de impacto. Los centros educativos que han conformado a la rhec son escuelas públicas y privadas, de niveles que van desde maternal hasta educación superior, así como colaboraciones con miembros de un huerto comunitario en Misantla, Veracruz.
En nuestro colectivo, el huerto escolar ha significado un laboratorio generador de aprendizajes significativos y funcionales para la vida, con un alto potencial didáctico en el abordaje de ámbitos de conocimientos escolares vinculados con la realidad, mismos que promueven la construcción social de saberes de diversa naturaleza a partir de formas de convivencia colaborativas entre sus distintos miembros y que se ven reflejados en: 1) el reencuentro de los lazos afectivos con el entorno socionatural; 2) la clarificación de las relaciones de dependencia entre la naturaleza y la sociedad; 3) el manejo biológico de técnicas básicas para el cultivo de alimentos sustentables, y 4) la disposición para el trabajo colectivo por el bien común, entre otros. Conocer desde la experiencia, nos ha permitido a los participantes expandir los sentidos y encontrar en la naturaleza nuevos conocimientos, pues los huertos conllevan innovadoras potencialidades para la construcción de conocimientos integrales: afectivos, sociales, intelectuales, estéticos, cívicos y físicos. Al estar involucrados directamente con los espacios educativos, hemos identificado algunas problemáticas que, desde la escolarización formal, pueden percibirse en nuestros días. Una de ellas es la invisibilización histórica hacia los saberes, las prácticas y las formas de vida alimentarias originales del territorio local, pues existe un desconocimiento social sobre la generación de los alimentos en el propio espacio de vida, pues desconocemos de dónde viene lo que consumimos y qué contiene. Ante esto, se propone estimular la reflexión crítica de nuestras prácticas culturales de consumo y producción, para dejar atrás las acciones que nos llevan a generar formas de consumo irresponsable, y caminar hacia la conformación de nuevos hábitos de compra y producción, que se manifiesten en nuestras escuelas, familia y comunidad. De ahí que un aspecto que mantenemos en el centro de nuestra atención es la búsqueda por la promoción consciente de las formas de cultivo locales, generando espacios de participación interactoral para la puesta en práctica de nuevas formas de producción y consumo, donde niñxs, jóvenes y adultxs intervengan de forma continua.
Para ello, la rhec promueve la creación y mantenimiento de huertos, composteros y otros espacios de interacción con otras especies (como las abejas) a través de la producción agroecológica. Además, estimula el uso de estos espacios para el aprendizaje significativo (aprender haciendo) sobre procesos ecológicos y lo que implica la reconexión con el mundo. Esto lleva a un diálogo con el entorno y con los compañeros de la comunidad, así como a la reflexión de lo que se puede aprovechar en términos de los modos tradicionales de cultivo. En conclusión, se promueve la generación de una nueva escuela, la escuela gestora del conocimiento, no aleccionadora, con un proyecto ecopedagógico, es decir, ético-político. Una escuela innovadora, constructora de sentido y comprometida con el mundo. Se trata de espacios educativos, de laboratorios de aprendizaje que generen nuevas formas de conocer. Los huertos deben representar espacios físicos y culturales que favorezcan la vida de las personas, motivándolas a descubrir innovadoras maneras de aprender, enseñar y de relacionarse mediante actividades prácticas que susciten numerosas formas de vida alimentaria. Conocer desde el hacer, desde la experiencia, permite a estudiantes y docentes, niñxs y adultxs, expandir los sentidos y encontrar en la naturaleza nuevos conocimientos. Sigamos impulsando potencialidades para la construcción de comunalidades, de un mundo holístico con maneras respetuosas de pararnos frente a la vida.
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