Viernes 14 de diciembre de 2018, p. 36
Las vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) que existen en el sistema público de salud están diseñadas para atacar dos variantes específicas de ese microrganismo, que no son necesariamente las de mayor prevalencia en diversas zonas rurales e indígenas del país, lo cual puede incidir en su efectividad.
María Esther Dragustinovis y Valerio Tello Genaro, especialistas de la clínica oncológica Sidmol y de la organización civil Exquenda, afirmaron que la incidencia de otros genotipos de VPH aumenta en las regiones donde existe mayor turismo, migración y deportación de personas.
En una conferencia realizada ayer en el Instituto Nacional de Cardiología, Tello Genaro, colposcopista e investigador en ciencias básicas, explicó que las vacunas que circulan en México están enfocadas en las variedades 16 y 18 del VPH, consideradas de alto riesgo porque son la primera y segunda causas de la aparición de cáncer cervicouterino.
Sin embargo, en diversas zonas rurales del país donde los especialistas y su equipo de trabajo han realizado labores de tamizaje, información y detección oportuna de VPH, se ha comprobado que los genotipos del virus que están más presentes son los 52, 56 y 68, catalogados de bajo riesgo.
Esto posiblemente tenga alguna repercusión en el impacto de las vacunas. Lo ideal es que cada país tuviese sus propias vacunas, de acuerdo con la prevalencia de los virus que aparecen con mayor frecuencia
, estimó Tello.
Dragustinovis detalló que las variedades 16 y 18 del VPH únicamente aparecen en México en las ciudades o estados fronterizos con Estados Unidos, como Chihuahua, Tijuana, Mexicali, Monterrey y Sonora, pero en el resto del país, donde existe mayor actividad turística, así como mayor migración y llegada de personas deportadas, el número de genotipos aumenta.
La especialista añadió que las prácticas de sexo oral en las cuales puede haber VPH están provocando el aumento en la incidencia de tumores en la cabeza y el cuello, que sólo se detectan cuando ya hay lesiones en la lengua, la garganta, la nariz y los ojos.
Ambos médicos señalaron que en diversas regiones pobres o indígenas del país las campañas oficiales de prevención de diversos tipos de cáncer no son efectivas debido a que las autoridades no se preocupan por dar trato digno a los pacientes, hablarles en su idioma y respetar sus usos y costumbres.