Cruz Azul quiere firmar su torneo perfecto
odo indica que se aproxima el fin de 21 tortuosos años. Cruz Azul acaricia la dulce revancha ante América –que no tuvo piedad de Pumas– y la posibilidad de iniciar una nueva era gloriosa, por supuesto, con la tecnología por delante, porque el videoarbitraje desde el sábado es un instrumento bendito para la afición cementera, que vio cómo avaló el gol que redimió a Milton Caraglio. Con la Copa Mx en la bolsa, La Máquina se perfila hacia su torneo perfecto con Ricardo Peláez y Pedro Caixinha hilando filigrana de oro.
El sábado, Caixinha explotó en loco festejo, pegó descomunales brincos hacia la cancha, gritó, se arrojó al césped, abrazó y besó desaforado al portero Chuy Corona. Ya recuperado, con la cordura y mesura que le caracteriza, habló ante la prensa. El equipo avanzó con empate global gracias a su condición de líder, y sufrió porque quiso, se complicó la vida con numerosas fallas en el tiro a gol. En realidad no tuvo rival, porque Monterrey fue una nulidad al frente, sin ideas ni ambición.
Se dice fácil, pero los celestes están a punto de superar dos décadas malditas en las que se convirtieron en el blanco favorito del bullying futbolero, en las que Billy Álvarez hizo millonarias inversiones que se fueron por el caño del fracaso y se le estigmatizó por su sociedad con el promotor Carlos Hurtado. Nada lo empequeñeció tanto como el dato de que su padre, Guillermo Álvarez Macías, hizo mucho más con menos dinero y en poco tiempo, al lograr siete títulos en 11 años (de 1969 a 1980).
Hubo capítulos inverosímiles, como el ocurrido en el torneo Clausura 2003, cuando el club rescindió los contratos de todos los jugadores, incluido el del técnico Mario Carrillo, luego de nueve fechas sin triunfo. Indiscutiblemente Cruz Azul es uno de los equipos que mejor paga, por ello se acusó a los futbolistas de ser pecho frío
y de llegar a becarse a La Noria. En aquel episodio, la gota que derramó el vaso fue cuando un directivo bajó al vestidor, esperaba encontrar un ambiente de velorio por la nueva derrota, pero lo que halló fue música, risas y hasta baile.
Varios subcampeonatos no sirvieron más que para acrecentar la burla, a pesar de que uno de ellos fue logrado en la Copa Libertadores, ante el Boca Juniors. El único título de liga que Billy celebró fue el logrado con Luis Fernando Tena hace 21 años, ya en la etapa de torneos cortos. Después, la afición cementera lloró las finales perdidas ante Pachuca, Santos, Toluca y América. Peor aún, contempló el rebase que le hizo Toluca, para desplazarlo con 10 trofeos y ubicarse como el tercero más ganador, sólo por debajo de América y Chivas.
No sólo los Diablos Rojos aprovecharon la hibernación celeste, pues Pumas y León le pisan los talones con siete títulos, mientras Pachuca, Tigres y Santos tomaron impulso y llegaron a seis. Los intentos de levantarse de la lona resultaban vanos, uno tras otro. La directiva se aplicaba en armar grandes planteles; el del Chelito Delgado fue un equipazo, o más tarde, en 2010, con Tito Villa y Chaco Giménez, pero no lograba trascender… Con cincel fue acuñándose el verbo cruzazulear
.
El reciente cáliz amargo fue la final perdida en 2013 frente al América. Tras ella, de nuevo hubo impulso, intentos vanos por conducto de Robin Álvarez –la tercera generación al quite–, quien colocó a Tomás Boy en el banquillo, pero tampoco pasó nada. En 2017, con Paco Jémez al timón, La Máquina tocó fondo al sumar seis torneos sin clasificar a la liguilla, entonces la directiva miró hacia el ex directivo americanista Ricardo Peláez. El sueño está vivo.
Murió el anacrónico draft o tianguis de piernas. Ya no existirá la semestral congestión de técnicos, directivos, jugadores y reporteros, ahora todas las transacciones se harán en el portal Sistema Internacional de Transferencias. Casi con el inicio del último mes del año y la eliminación de varios equipos, comenzó el movimiento. Chivas anunció la contratación de Hiram Mier y Alexis Vega, aunque se habla de la salida de Alan Pulido y Orbelín Pineda.
Gerardo Tata Martino subió sus bonos y llegará a dirigir al Tri como campeón de la MLS tras la victoria del Atlanta United sobre Portland. Las Chivas viajaron a su cita al Mundial de Clubes tras desangelada despedida de su público. La ilusión es mínima. Dante Siboldi lo pensó mejor y decidió no regalar su trabajo en el timón del Veracruz. Viene la final femenil y Leonardo Cuéllar espera entregar por fin el título, pero tiene enfrente al favorito Tigres.