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Seis presos defensores del agua

Tlanixco, ejemplo de cómo castiga el sistema judicial a luchadores sociales, señalan en foro

Para el gobierno del estado de México somos delincuentes y terroristas por haber luchado para defender nuestros recursos naturales, afirma cónyuge de uno de los detenidos

 
Periódico La Jornada
Sábado 8 de diciembre de 2018, p. 11

La historia de los seis habitantes de la comunidad mexiquense de San Pedro Tlanixco que han sido condenados a más de 50 años de cárcel por defender su derecho al agua, es un caso paradigmático que ilustra el funcionamiento del sistema judicial cuando quiere vengarse de luchadores sociales e imponer castigos ejemplares para provocar miedo.

Tal fue una de las principales conclusiones de un foro realizado en el Museo de Ciudad de México, en el que se analizó el caso de Tlanixco, pero también otros temas que han provocado el encarcelamiento de activistas por motivos políticos, en los cuales se siguen patrones similares para criminalizar a quienes se organizan para defender sus recursos naturales.

Los familiares de Dominga González, Lorenzo Sánchez, Pedro Sánchez, Marco Antonio Pérez, Teófilo Pérez y Rómulo Arias narraron que el encarcelamiento de sus seres queridos no sólo los perjudica a ellos de manera directa, sino que afecta a sus parejas, hijos, padres y amigos, y busca generar también un efecto de desmovilización de la comunidad de la cual son originarios.

La existencia de presos políticos, subrayó Marisela Molina, esposa de Pedro Sánchez, demuestra que las leyes sólo sirven para los de arriba, no para los de abajo. Para el gobierno del estado de México somos delincuentes y terroristas por haber luchado para defender nuestros recursos naturales, y sólo con la lucha podemos sacar a nuestros familiares de la cárcel.

Antonio Lara, director del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero, destacó por su parte que en el proceso judicial contra los seis habitantes de Tlanixco hubo múltiples irregularidades graves, entre ellas que los acusadores señalaron como supuestas responsables de asesinato a personas que no estaban en el pueblo, sufrían alguna discapacidad física o incluso ya habían fallecido.

En el mismo sentido, recordó que Dominga González fue detenida y sentenciada sólo por coincidir con una descripción física vaga e imprecisa de los acusadores, quienes indicaron que entre los perpetradores del homicidio en cuestión había una mujer morenita y chaparrita.

Hermann Bellinghausen, director del suplemento Ojarasca, que publica este diario, enfatizó que el de los presos de Tlanixco “es un caso que ilustra el peor modus operandi” del Estado mexicano cuando desea castigar a los activistas que se le oponen, acto de venganza que se vuelve aún más violento cuando se trata de indígenas.

En el foro estuvieron también pobladores de la comunidad de Salazar, estado de México, quienes denunciaron el encarcelamiento injustificado de seis habitantes por defender su territorio, así como los ex presos políticos Trinidad Ramírez y Óscar Hernández Neri.